La coalición de PSOE y Sumar que habita el Palacio de La Moncloa tiene 22 ministerios. Pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha armado una suerte de gabinete paralelo dentro de Presidencia que conforman Manuel de la Rocha, Emma Aparici y Manuela Villa. Precisamente, esta última es la elegida por el líder socialista para atar en corto desde el recién creado Departamento de Asuntos Culturales al único ministerio de Sumar que le preocupa: Cultura. Fuentes del partido de Yolanda Díaz admiten que no se les informó de la creación de dicho organismo.
Y todo porque los de Yolanda Díaz quieren aprovechar esa cartera, que estuvo en manos del socialista Miquel Iceta, para hacer política con mayúsculas. Es más, no lo esconden en su ponencia política, que lleva la firma del portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón: "Una de las mayores contribuciones que puede y debe hacer una fuerza ecologista y ecofeminista como Sumar es sembrar las condiciones para una victoria cultural sobre los mundos de la vida que nos ha impuesto el neoliberalismo. Solo se avanzará [...] si se disputan culturalmente los resortes movilizadores de las derechas; si se da la batalla cultural al mismo tiempo que la económica y social".
No obstante, Sánchez también controla a los suyos con dos pesos pesados cuyas competencias chocan con Economía y Exteriores: De la Rocha y Aparaici -director de la Oficina de Asuntos Económicos y G20 y secretaria general de Asuntos Exteriores, respectivamente-. Para más inri, pronto se sumará una cuarta persona que dirigirá la nueva Oficina Nacional de Asesoramiento Científico, y que se pisará con el departamento que dirige Diana Morant ya que se encargará de "establecer mecanismos institucionales para el asesoramiento científico, identificar y potenciar casos de buenas prácticas dentro y fuera del sector público y ayudar a crear puentes entre el Gobierno y el talento científico que existe en centros de investigación y universidades", según cita el decreto que la crea.
La fontanería oculta de Moncloa
En el organigrama de la fontanería más desconocida de la Presidencia del Gobierno, de la cúspide presidencial cuelgan los responsables de tres grandes departamentos: el Gabinete de Presidencia (con un gabinete propio, un comité de dirección y dos departamentos -Seguridad Nacional y Asuntos Culturales-); la Secretaría de Estado de Comunicación y la Oficina de Asuntos Económicos y G20.
En un escalón inferior, y dependientes del Gabinete de Presidencia, aparecen otras cinco áreas: la secretaría general de Presidencia (con tres departamentos, un gabinete y una unidad de apoyo); la dirección adjunta del Gabinete de Presidencia (con tres departamentos); la secretaría general de planificación política (con un departamento); la secretaría general de políticas públicas (con tres departamentos y la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia) y la secretaría general de Asuntos Exteriores (con un departamento).
La estructura del Gobierno de Pedro Sánchez ha registrado varios cambios en los últimos años, siendo los más destacados la desaparición de los Altos Comisionados para la Pobreza Infantil y el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora que, sin pena ni gloria, pasó a mejor vida por real decreto el pasado febrero con esta explicación: “habiéndose alcanzado los objetivos que motivaron su creación”. Aquellos motivos eran “convertir a nuestro país en un referente internacional en emprendimiento e innovación”.
El incumplimiento de la ley de paridad
El presidente Pedro Sánchez, además incumplie la ley de paridad en su núcleo duro. En la Presidencia hay ocho hombres y cuatro mujeres en los puestos de más alta responsabilidad. El BOE fue despejando las semanas posteriores a la investidura de Sánchez la composición del equipo más cercano de Pedro Sánchez. Su jefe de gabinete, Óscar López, sigue en su puesto. También el secretario de Estado de comunicación, el político del PSC Francesc Vallès. Ambos son los más estrechos colaboradores de Pedro Sánchez. Por debajo de ellos se suceden el resto.
El director adjunto del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Antonio Hernando; el ya comentado director de la Oficina de Asuntos Económicos y G20, Manuel de la Rocha; el secretario general de Planificación Política, Francisco José Salazar; el secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica, Diego Rubio; la también citada secretaria general de Asuntos Exteriores, Emma Aparici; la directora del Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Loreto Gutiérrez; el director del Departamento de Discurso y Mensaje del Gabinete de la Presidencia, Jesús Javier Perea; el director del Departamento de Planificación Política del Gabinete de la Presidencia, Antonio Hernández; la directora de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gabinete de la Presidencia, María Sara Baliña y la directora del Departamento de Asuntos Exteriores del Gabinete de la Presidencia, Pilar Sánchez-Bella Solís.
Los recelos con Sumar
En cualquier caso, el Gobierno de Pedro Sánchez en su conjunto es elefantiásico, con 22 ministerios y tres vicepresidencias sin atribuciones de coordinación Además, incrementó respecto al gabinete anterior el número de secretarios de Estado, subsecretarios y secretarios generales de 101 a 103, con cerca de 1.400 altos cargos y asesores a dedo. Con este tamaño, la eficacia y la agilidad del Ejecutivo están en entredicho. Se trata de una estructura compartimentada que carece de flexibilidad, lo que repercute negativamente en la gestión de los fondos europeos del Plan de Recuperación.
Además, hay que tener en cuenta que la relación entre el PSOE y Sumar anda tirante. Hace poco más de una semana que el partido de Yolanda Díaz envió una carta a los números dos y tres de los socialistas, María Jesús Montero y Santos Cerdán. La firmaron el portavoz, Ernest Urtasun, y el coordinador, Josep Vendrell. Y en ella solicitaban la convocar a las personas que deberán formar parte de la comisión permanente de seguimiento del acuerdo de coalición a una reunión para constituir la mesa formalmente y hacer un primer análisis del funcionamiento de la relación entre los dos socios en Moncloa.
Pero la misiva no pudo ser más hilarante para Ferraz y para Pedro Sánchez. Como ya contó este diario, fuentes gubernamentales socialistas descartan que se vaya a crear mesa o comisión alguna y emplazan a Díaz a pedirles un encuentro cuando lo estime oportuno. Lo cierto es que la vicepresidenta segunda ha perdido el favor de Pedro Sánchez para hacer política desde Moncloa. La ley de amnistía la ha desdibujado por completo y la líder de Sumar intenta en la medida de lo posible llamar la atención y marcar línea propia.