La batalla será larga si depende del PSOE, porque su secretario general descarta pedir un adelanto electoral o volver a un ejercicio de "melancolía inútil" con una moción de censura, pero Pedro Sánchez se ha puesto ya la tarea engrosar su electorado con los desencantados de Podemos. Será una "carrera de fondo", ha admitido, pero su objetivo es aglutinar el voto de la izquierda porque tiene una "oportunidad de oro" para vencer a la "derecha bicéfala".
Así, como una derecha con dos cabezas, se ha referido Sánchez a la "guerra fría" en la que ve sumidos al PP y a Ciudadanos y en la que no se ve para nada concernido. Al líder de los socialistas no le preocupan las encuestas que sitúan al partido de Albert Rivera como el más votado e insiste que él ya venció al fantasma del sorpasso en dos ocasiones: en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 y del 26 de junio de 2016.
Ahora, ha insistido, le toca al PP enfrentarse a este momento. Y lo hace desde un gobierno al que ven "agotado", "escondido" y "dividido internamente". Los 'populares', ha dicho, están expectantes para ver si Mariano Rajoy "deshoja la margarita y se sucede a sí mismo", mientras asisten "paralizados" al auge de Ciudadanos.
Mientras tanto, y aunque algunos territorios cree que el PSOE también debería reflexionar ante el auge del partido naranja, Sánchez insiste en que lo suyo es la batalla de la izquierda porque cree que tiene posibilidades de volver al Gobierno, digan lo que digan los sondeos: "La política es una suerte de carrera de fondo y a mí me gustan las distancias largas. Yo soy un corredor de fondo. Por tanto, ¿lo que dicen los estudios demoscópicos es que España es de centro derecha? Veremos".
Por eso, a partir de ahora, los socialistas se van a dedicar a reivindicar un espacio de izquierda y de centro izquierda, porque creen que su formación es "la única capaz de ganar a esa derecha bicéfala". Para ello, no ha endurecido el tono contra el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pero sí le ha lanzado un mensaje: su problema, reflejado en las encuestas que hablan de su fuerte caída, no es el PSOE, es que "cada vez que ha tenido que dar un paso lo ha dado del lado equivocado".
En concreto, Sanchez ha hablado de dos errores: cuando votó "en contra de un gobierno de cambio", al oponerse a su investidura, y cuando, en la crisis catalana, no ha defendido "la soberanía nacional del país". De las palabras del líder de los socialistas se desprende que estas dos "equivocaciones" son las que le están pasando factura y ha lanzado un guiño a sus votantes.
"Yo empatizo y me siento muy próximo con los votantes de Podemos que también comparten su consternación de cómo sus dirigentes han abrazado las tesis independentistas", ha dicho. Empieza ya la guerra por el voto útil en la izquierda.
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