Pedro Sánchez se ha ausentado este martes de la votación en el Congreso después de ser citado como testigo por el juez Juan Carlos Peinado. El líder socialista tenía agendado acudir a la Cámara Baja para emitir su voto, dada su condición de diputado, en el súper pleno de este martes. Pero ha desechado acudir. Junts ha tumbado el objetivo de estabilidad presupuestaria y asesta un duro golpe al presidente, quien no ha querido aparecer en un día duro. Sánchez también ha visto decaer el proyecto de Ley de Extranjería.
En efecto, ni Ley de Extranjería ni techo de gasto. Junts ha dejado claro que "no forma parte del bloque" progresista y aboca al Gobierno a buscar dos planes 'B'. En el caso de la Ley de Extranjería, el Ejecutivo ha lamido la lona tras negarse a aceptar las condiciones del PP. La votación se ha saldado con 171 votos a favor, 177 en contra y una abstención.
En apenas 366 días, la situación del presidente del Gobierno dista un mundo del fervor y el entusiasmo con el que los socialistas salieron a la calle aquella tórrida noche electoral para festejar que el PP y Vox no sumaron la mayoría absoluta que predijeron casi todas las encuestas. Y que haya evitado acudir al Congreso es una muestra más que indicativa de su extrema debilidad.
En este año desde las últimas elecciones generales, Begoña Gómez ha sido imputada por la presunta comisión de dos delitos; él mismo presidente está citado a declarar como testigo el próximo 30 de julio; se han sucedido informaciones sobre su hermano, David Sánchez, que son cada vez más incriminatorias y que también están siendo atendidas en un juzgado; ha sufrido el estallido de un caso de corrupción alimentado durante su presidencia que ha derribado a su ex mano derecha José Luis Ábalos; ha sido incapaz de armar unos Presupuestos para este año; tiene a sus socios en alerta y la ley de amnistía -el peaje que pagó para revalidar el Gobierno- no termina de carburar al estar su aplicación en manos de la Justicia.
El panorama es tan complejo que entre algunos dirigentes socialistas empiezan a surgir dudas. No solo acerca de la viabilidad de la legislatura, sino de la ejemplaridad del matrimonio que habita en Moncloa. Ya hay quien cuestiona abiertamente "las actuaciones poco estéticas de Begoña Gómez", como las califica un cargo socialista con asiento en el Comité Federal. Eso sí, cabe reseñar que el sentir general del partido es que la citación a Pedro Sánchez es exagerada.
"En la base del partido creen que la citación a Pedro Sánchez como testigo es excesiva y da alas a la teoría del 'lawfare", explica un secretario de organización autonómico. En cualquier caso, la precariedad parlamentaria del Gobierno (solo ha sido capaz de sacar adelante dos leyes) explica la parálisis legislativa y ha puesto al descubierto la vulnerabilidad del PSOE a las exigencias de sus socios independentistas, que hacen y deshacen a su antojo para presionar a Moncloa.
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