El PSOE tiene el reto de recuperar votos por la izquierda sin dejar abandonado el centro político. Aunque habrá que esperar al 39 Congreso Federal de junio para saber el alcance del posible viraje anunciado por Pedro Sánchez durante los últimos ocho meses. ¿En qué medida puede influir en los cálculos electorales tanto del propio partido como de las fuerzas colindantes?
Podemos ve con inquietud la irrupción del candidato aupado por las bases. Es mucho más competitivo que Susana Díaz para sus intereses. Desde Ciudadanos, sin embargo, miran con esperanza las posibilidades de ganar terreno por el centro del espectro. La formación naranja quiere seducir a los casi 1,2 millones de votantes del PSOE que se autoubican en el centro ideológico, de los 5,4 millones de electores que se decantaron por los socialistas el 26J.
Los politólogos ilustran el caso con la tesis de la manta demasiado corta: si tiras hacia la izquierda, dejas destapado el centro; y, si tiras hacia el centro, pierdes la izquierda. Aunque muchos cuestionan el planteamiento. “Esto ignora que hay elementos posicionales que te pueden hacer ensancharte en ambas direcciones: algo transversal al eje ideológico como la competencia, la buena gestión o un perfil propio y una buena política de comunicación”, apunta el politólogo Pablo Simón.
¿En qué medida se pueden producir trasvases de electores de unos partidos a otros ante el nuevo escenario marcado por la reemergencia de Sánchez? A juicio de este investigador de la Universidad Carlos III, “donde existe más porosidad y más capacidad de crecimiento es de Ciudadanos hacia el PP y del PSOE hacia Podemos”. Así que la tesis de la formación de Albert Rivera se torna “demasiado optimista”. “Los flujos de indecisos entre ambas fuerzas existen, pero según el último barómetro del CIS, los indecisos entre PSOE y Ciudadanos son tres veces menos que los que tiene Ciudadanos respecto al PP y el PSOE respecto a Podemos”, recalca.
Esto quiere decir que la mayoría de los trasvases de votos se dan entre los partidos ubicados dentro de los bloques ideológicos de izquierda y derecha y no tanto entre los propios bloques. Además, la percepción de Ciudadanos se ha ido escorando del centro hacia la derecha desde el 20D, por lo que “su capacidad para robar votos por ese flanco es algo más complicada”, añade Simón.
Tanto el diputado vasco Eduardo Madina como el economista José Carlos Díez renunciaban esta semana a defender en el próximo Congreso Federal la ponencia marco que coordinaron a petición de la gestora. Díez considera un error eliminar la palabra “centro” de la ponencia. ¿Pero tiene sentido este giro tan radical?
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