"No tenemos ni idea de qué hará. Veremos a ver", "La agenda está suspendida hasta el lunes. No contamos con él para nada"... El PSOE y el equipo de Pedro Sánchez en el Palacio de Moncloa está sumido en el desconcierto tras su inédita decisión de cancelar su agenda para reflexionar si seguirá al frente de los mandos del país. Será el próximo lunes 29 de abril cuando los españoles sepan qué hará finalmente. Su equipo de colaboradores más estrecho se quedó perplejo tras conocer su penúltimo volantazo estratégico, madurado en las últimas 48 horas y del que, al menos, notificó al Rey, según fuentes de la Casa Real.
Tanto el partido como los ministros intentan seguir con aparente normalidad mientras tratan de convencerle de que se quede y resista; que no tire la capa de súperperro que sus fieles difunden por las redes sociales para auparle. Sus ministros, con María Jesús Montero (Hacienda) y Félix Bolaños (Presidencia) a la cabeza, y el resto de cargos y dirigentes socialistas ya han activado una campaña de apoyo liderada por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero -uno de sus más férreos defensores- con el objetivo de movilizar a la España progresista. “No nos puede doblar el pulso la jauría extremista”, resume el propio Bolaños. “Nos merece la pena que estés ahí, presidente”, se desquitó el exinquilino de Moncloa.
Pese al congelador en el que Sánchez ha decidido guardar la vida política del país, la vida del resto sigue. También la de su partido, que esta semana arranca una nueva campaña electoral. El 12 de mayo, los catalanes decidirán la composición de su nuevo parlamento. Y, aunque Sánchez se ha borrado del acto de inicio, el PSC mantiene la maquinaria. También se mantiene el Comité Federal que este sábado deberá ratificar la lista del partido para las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Mientras, el presidente se han encapsulado y no conversa con nadie sobre qué hará.
La situación es tan esperpéntica que Montero, su vicepresidenta primera -también número dos del PSOE-, y quien se haría con los mandos del Ejecutivo en caso de que Sánchez renuncie, ha enviado un mensaje a su 'jefe' desde los micrófonos de la Cadena Ser: “Quiero mandar desde aquí todo mi apoyo al presidente, transmitirle que estamos orgullosos de él, que le necesitamos para que España siga avanzando”. Según se desprende del dramatismo, Montero no puede trasladarle personalmente su inquietud a Sánchez. El apagón de Moncloa es total.
Desde este mismo miércoles, antes de que el presidente publicara la misiva que ha dejado al país en vilo, fuentes gubernamentales se afanaban en explicar que el señalamiento judicial, político y mediático a su mujer, Begoña Gómez, ha sumido a Sánchez en un abatimiento que no había vivido antes en toda su carrear política. "Está muy tocado", resumía una cercana colaboradora suya en el Consejo de Ministros tras celebrarse la sesión de control al Gobierno en el Congreso.
El líder socialista lanzó este miércoles un órdago sin precedentes con su amago de dimisión que trastoca el funcionamiento ordinario de los principales actores políticos de un país en vilo. Y tensiona las costuras del sistema. Sánchez asegura necesitar una pausa para reflexionar sobre si su empeño en seguir al frente de los mandos del Ejecutivo le merece la pena tras las diligencias abiertas por el juzgado de instrucción 41 de Madrid para investigar a su mujer, Begoña Gómez, por un supuesto delito de tráfico de influencias y corrupción en los negocios tras una demanda del sindicato ultra Manos Limpias.
Gómez, en una situación complicada
La situación de la esposa del presidente es complicada tras trascender la simbiosis entre sus negocios, sus encuentros con empresarios y el rescate de la aerolínea Air Europa (Globalia) con 475 millones euros en plena pandemia. Y es que el propio presidente estuvo en el Consejo de Ministros que autorizó ese desembolso de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (Sepi). Aunque la Oficina de Conflicto de Intereses, dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública, no vio irregularidad alguna en las dos ocasiones en que se pronunció.
Pero hay más: Gómez firmó dos cartas de apoyo a una Unión Temporal de Empresas (UTE) privadas cuyo principal accionista, Carlos Barrabés, participó en el diseño del Máster de Cooperación de la Universidad Complutense de Madrid que dirige. De hecho, esta UTE se llevó durante la pandemia tres lotes por valor de 7 millones de euros frente a veinte competidores, según informó El Confidencial. Y eso que no presentó, en ninguna de las tres ofertas, la más barata, de acuerdo al principio de estabilidad de las arcas públicas que debe imperar en todo proceso administrativo de contratación.
Todo ello no es óbice para que el presidente muestre su total apoyo a su esposa, de quien se dice "profundamente enamorado" en una misiva a todos los españoles y que publicó en la red social X (antigua Twitter). "No soy un ingenuo. Soy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa. Como soy también plenamente consciente de que los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento: una opción política progresista, respaldada elección tras elección por millones de españoles, basada en el avance económico, la justicia social y la regeneración democrática", se victimizó Sánchez en una carta que ya ha pasado a la historia de España y que escribió de su puño y letra.
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