Nunca antes en sus 145 años de historia el Partido Socialista Obrero Español fue tan dependiente de su líder. La cúpula del partido y sus principales dirigentes territoriales a excepción del aragonés Javier Lambán, reunidos este sábado en Madrid, se han conjurado para suplicar al secretario general, Pedro Sánchez, que no les abandone. Alrededor de 12.500 personas, según fuentes la delegación del Gobierno, han atestado la madrileña calle de Ferraz para seguir en directo todas las intervenciones de un comité federal histórico (otro más).
El colofón de la mañana, pasada por agua, han sido los acordes de Quédate, la canción del compositor Quevedo, cuyo estribillo ha puesto a ondear centenares de carteles y banderas. El socialismo español ha vivido una catarsis de mitificación de Sánchez, al que su número dos en el partido y en el Gobierno, María Jesús Montero, ha gritado que se quede, porque si se va gana la ultraderecha. Todo un brete que el secretario general responderá pronto. El presidente, mientras, permanece encapsulado en el Palacio de la Moncloa, a 3 kilómetros de la sede socialista. Sánchez ha decidido meter la vida política española en el congelador. Pero la del resto del país sigue adelante. Y así lo ha recordado el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo desde Tortosa (Tarragona): "Es Pedro Sánchez y no España quien tiene un problema judicial".
La dirigente andaluza se ha arremangado y ha ejercido de lideresa in pectore. Es más, una vez finalizado el comité, la plana mayor del partido con ella a la cabeza, ha salido de la sede a la calle para fundirse con la militancia, a la que ha gritado, besado y saludado todo lo que el equipo de seguridad que la ha acompañado le ha dejado. Todas las miradas estaban puestas en Montero, porque en caso de que Sánchez salga de Moncloa, ella es quien tiene más papeletas para hacerse con las riendas. No solo del Gobierno, sino del partido.
Sánchez comparecerá el lunes "por la mañana"
El PSOE afronta las próximas 48 horas en vilo. Será el próximo lunes "por la mañana" cuando Sánchez comparezca para anunciar su decisión tras un proceso de reflexión en el que está dilucidando si permanece o no a los mandos del país, según explican fuentes de su entorno. La sensación que atraviesa a los cuadros socialistas es que se pueden quedar sin su añorado líder. Su equipo más cercano, tanto en el partido como en Moncloa, está compungido. Incluso en estado de shock.
Quizá quien mejor ha reflejado ese sentimiento es el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Su rostro durante todo el comité ha sido un poema y su mirada se ha perdido en varios momentos mientras sus compañeros han arengado a la tropa. "Estamos todos preocupados y con los sentimientos a flor de piel. Pero los suyos [en referencia a los colaboradores más estrechos del presidente] están especialmente inquietos", explica a este diario una fuente socialista presente en el cónclave federal. La sensación que ha transmitido el comité es que la familia del puño y la rosa está ante un abismo casi insalvable en caso de que su 'padre' decida hacer las maletas. "No sabemos qué pasará", insiten.
El partido ha puesto su altavoz a la número dos y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a la candidata europea y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera (ratificada en su puesto de número uno en la lista); al ministro de Transportes, Óscar Puente, y a los barones de Euskadi, Eneko Andueza; de Cataluña, Salvador Illa; de Asturias, Adrián Barbón; de Navarra, María Chivite y de Castilla-La Mancha, el díscolo Emiliano García Page, quien ha evitado pedir expresamente a Sánchez que se quede. Eso sí, esta vez no ha habido tiempo para las discrepancias, porque todos, a su manera, han suplicado al secretario general. Algunos, como Montero, le han presionado para que no conceda a los ultras una victoria. Otros, como Andueza, han tirado de emoción, pidiendo a Sánchez que se acuerde de los socialistas asesinados y amenazados.
Basta de mentiras, basta de bulosMaría Jesús Montero
Los presentes en el comité también se han acordado de Begoña Gómez. La mujer del presidente, una de las desencadenantes de este terremoto tras las diligencias abiertas por el juzgado de instrucción 41 de Madrid para investigarla por posibles delitos de corrupción en los negocios y tráfico de influencias, es víctima, según el PSOE, de una campaña de bulos y difamaciones que debe ser respondida. "Basta de mentiras, basta de bulos, de violencia verbal ejercida sin reparo contra él [Pedro Sánchez] y su familia", ha clamado Montero.
No obstante, pese a que la denuncia la ha interpuesto el sindicato ultra Manos Limpias, a la que se ha sumado la plataforma Hazte Oír, lo cierto es que Gómez, y por extensión el presidente, se encuentra en una posición delicada tras trascender la simbiosis entre sus negocios, sus encuentros con empresarios y el rescate de la aerolínea Air Europa (Globalia) con 475 millones euros en plena pandemia. Pero no solo, también tras hacerse público que firmó dos cartas de apoyo a una Unión Temporal de Empresas (UTE) privadas cuyo principal accionista, Carlos Barrabés, participó en el diseño del Máster de Cooperación de la Universidad Complutense de Madrid que dirige. De hecho, esta UTE se llevó durante la pandemia tres lotes por valor de 7 millones de euros frente a veinte competidores, según informó El Confidencial.
Pero todas esas informaciones son bulos para el PSOE, que como el propio presidente, ve a algunos medios de comunicación entregados a la causa ultra para derrumbarle. "Es todo una estrategia calculada que busca ruido en todo para que no se escuchen los avances y las propuestas. Se trata de alejar la política de la mayoría. Pero vamos a defenderte a ti [Pedro Sánchez], en cada plaza, en cada comercio, en cada bar, en cada centro de trabajo, en cada parque. Estamos conjurados contra el odio y su principal arma, la desinformación", zanjó Montero, a la espera de saber qué le depara el martes 30 de abril.
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