Dos de los miedos principales que provoca la candidatura de Pedro Sánchez, fuera y dentro del PSOE, provienen de la posibilidad de que provoque nuevas elecciones generales si gana las primarias y, además, que protagonice en su partido una especie de ‘noche de los cuchillos largos’ para arrasar con todos los que han escoltado a Susana Díaz en su intento de conquistar la secretaría general. Consciente de que este anticipo de sus posibles intenciones puede obstaculizar sus objetivos, Sánchez ha comenzado a colocar una especie de ‘quitamiedos’ desmintiendo ambos escenarios.
Los sanchistas advierten de que no habrá "noche de los cuchillos largos" si ganan las primarias
Durante su mandato al frente de Ferraz, Sánchez tuvo un inicio lleno de fogosidad que le llevó, incluso, a cuestionar la continuidad del artículo 135 de la Constitución, incluido en el verano de 2011 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para tranquilizar a los mercados y dar prioridad absoluta al pago de la deuda. Aquel tropezón, protagonizado en un local de UGT, levantó una gran polémica que obligó a Sánchez a recular. No fue el único y el exsecretario general acabó fichando a Jordi Sevilla para transmitir a empresarios y banqueros que “no era un rojo peligroso” y que si llegaba a La Moncloa, no haría tonterías.
Los devaneos de Sánchez con Podemos durante el largo periodo de interinidad que vivió la política española en la pasada legislatura y parte de ésta devolvieron la ansiedad a los centros de poder del país, algunos de los cuales brindaron con champán ante la conocida como ‘operación Susana’, concebida como una especie de tabla de salvación que convertía a la presidenta andaluza en una garantía de estabilidad. La primera parte de esta operación concluyó el pasado 1 de octubre cuando Sánchez dimitió ante el comité federal de su partido, momento en el que casi nadie contó con que continuaría al pie del cañón para recuperar la secretaría general.
Emboscadas en el Congreso
Ahora, casi todos los barones regionales del PSOE que apoyan a Susana Díaz dan por hecho que si ella gana las primarias, la legislatura podrá agotarse porque necesitará tiempo para consolidarse y ordenar el partido por dentro. También parten de la premisa de que si lo hace Pedro Sánchez, no habrá más remedio que ir a nuevas elecciones (serían las terceras en poco más de un año), puesto que el grupo parlamentario que nazca del 39º congreso previsto para junio haría la vida imposible al Gobierno de Mariano Rajoy y le tendería continuas emboscadas en el Congreso con la ayuda de Podemos y otros partidos menores.
En el equipo de Pedro Sánchez se desmiente que su victoria tenga que precipitar unas nuevas elecciones generales
Este vaticinio es, precisamente, el que trata de desmentir el equipo de Pedro Sánchez. En él se recuerda que el Gobierno ni siquiera necesita a los socialistas para la aprobación de los Presupuestos, como demuestra el acuerdo alcanzado con Ciudadanos y el que todavía negocia con el PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias para superar el debate de totalidad y los trámites posteriores que necesitarán las cuentas del año que viene que se aprueban este viernes en Consejo de Ministros.
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