El Gobierno ha empezado a asumir en público la necesidad de acometer recortes ante la presión de Bruselas. La congelación de las pensiones o el sueldo de los funcionarios y las jubilaciones anticipadas impregnan el discurso de los ministerios económicos del Ejecutivo, en manos del PSOE, a pocos días que se presente el borrador de Presupuestos Generales del Estado.
"No es una casualidad", dicen fuentes del Gobierno consultadas Vozpópuli. No es casualidad que la vicepresidenta Nadia Calviño y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, hayan abierto el fuego casi simultáneamente este jueves en la Cadena Cope y Onda Cero respectivamente.
Tampoco es casualidad que estos mensajes se conozcan en vísperas de los Presupuestos y en mitad de una crisis reputacional de España, señalada en la prensa internacional casi a diario por su gestión de la pandemia del coronavirus.
España: crisis de reputación
El acceso a los fondos de rescate europeos exige un compromiso por parte del Gobierno, que deberá plasmarse en un plan de reformas. El Gobierno ha sostenido hasta el momento que no supondrá grandes recortes. Pero, tal y como ha venido informando Vozpópuli, la austeridad y ajustes estructurales son algunas de las contrapartidas que deberá asumir el Ejecutivo. Las reformas afectan al corazón del acuerdo que suscribieron PSOE y Unidas Podemos para la investidura de Pedro Sánchez.
No es el único requisito que las autoridades europeas exigen a España para acceder a los 140.000 millones del fondo de reconstrucción. Bruselas pide al Ejecutivo un entendimiento creíble con los empresarios y la oposición. Otro de los gestos que se ha reclamado a Sánchez es la reducción de su Consejo de Ministros. El jefe del Ejecutivo tiene en cartera una remodelación de su gabinete para bajar de los 22 ministros que tiene actualmente.
El Gobierno se enfrenta además a una crisis reputacional en el extranjero. Las principales televisiones europeas, diarios como The New York Times, Financial Times o Le Monde, entre otros muchos, han señalado a España como el peor país de Europa en la gestión de la segunda ola del coronavirus.
La mayoría de estos artículos, que se han publicado en los últimos diez días, generan un gran impacto en algunas opiniones públicas, afecta al turismo y alarma a las instituciones europeas, según explican fuentes de la UE a este diario.
El Gobierno dice una cosa y la contraria
El Gobierno toca de momento todos los palos y juega a una cosa y la contraria para, por un lado, intentar calmar las aguas fuera y, por otro, no incendiarlas más de lo que ya lo están dentro. Un día habla de mantener la reforma laboral del PP, y otro se compromete a avanzar en su derogación. Lo mismo ha ocurrido con el sueldo de los funcionarios. Mientras Calviño ha dejado una rendija abierta a esa posibilidad; la vicepresidenta Carmen Calvo ha asegurado que "no está encima de la mesa".
Cualquier alto cargo del Gobierno confiesa en privado que esa congelación será "inevitable". Se admite que habrá que reformar el sistema de pensiones, más allá de si se puede salvar este año. Y el propio Escrivá ha explicado cómo quiere desincentivar las jubilaciones anticipadas recortando un 8% esa pensión y retrasar de facto la edad de jubilación.
"Creo que los mecanismos de jubilación anticipada no están bien diseñados y probablemente tengamos un exceso de jubilación voluntaria anticipada por un mal diseño de los desincentivos a utilizarla", ha dicho el ministro.
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