"Es acojonante. Pensábamos que teníamos un amigo y a partir de ahí hicieron lo que no habían hecho en todo el año anterior". Así criticó el empresario naviero Álvaro Pérez-Maura al excomisario José Manuel Villarejo en su declaración como imputado del 10 de mayo ante las preguntas de uno de los fiscales de anticorrupción, en la que también aseguró que las gestiones del comisario jubilado no frenaron la extradición, sino que, según su versión, la habrían acelerado.
El ministerio público ordenó la detención de los hermanos Pérez-Maura por pagar siete millones de euros al polémico policía a cambio de que Ángel Pérez-Maura no fuera extraditado a Guatemala, país que le reclamaba por un caso de corrupción.
Y según la investigación realizada tanto por la Fiscalía como por los agentes de la Unidad de Asuntos Internos, Villarejo utilizó como reclamo para sus clientes sus supuestos contactos en la Audiencia Nacional para aumentar el precio de sus servicios, que desarrollaba de forma ilegal mientras estaba en activo en la Policía Nacional.
Garzón y Delgado
En concreto, Villarejo aludió a supuestas reuniones desarrolladas en la Audiencia Nacional para frenar la extradición. Y el comisario utilizó el nombre del exjuez Baltasar Garzón y el de la ministra en funciones de Justicia, Dolores Delgado, para aumentar un millón de euros su tarifa.
Villarejo persuadió a sus clientes de que iba a utilizar a Garzón para convencer al comisionado Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Iván Velásquez, de que dejara de acusarles. Y por eso necesitaba "un adelanto", que cifró en un millón de euros. En un comunicado, el propio Garzón ha rechazado haber sido contratado ni por el clan de Villarejo ni por los Pérez-Maura.
Sin embargo, a estos navieros todo les salió "al revés", según aseguró el fiscal, y confirmó en su declaración Álvaro Pérez-Maura. "A raíz de esto, se presentó la extradición. A partir de ahí se hizo todo lo que no se había hecho en el año anterior", se lamentó este empresario.
Por su parte, Ángel Pérez-Maura se mostró convencido de que Villarejo le había engañado. Y que no se había reunido con la persona que le acusaba en Guatemala. "Yo estoy convencido de que me engañó, porque nunca vimos que hubiera habido una reunión con Iván Velásquez", espetó este empresario, que está imputado por pagar 30 millones de euros a políticos de Guatemala y por contratar a Villarejo para parar su eventual extradición al país centroamericano.
En el interrogatorio, a preguntas del fiscal, Álvaro Pérez-Maura no recuerda si Villarejo le llegó a decir que para impedir su extradición tenía que contactar con otros cargos de la Audiencia Nacional. En concreto, con el fiscal jefe de este órgano, Jesús Alonso.
Sin embargo, fuentes del caso descartan que Villarejo realizara estas gestiones con jueces y fiscales. Y mucho menos que hubiera conversado con la entonces fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, tal y como explicó el excomisario a sus clientes. Todo, apuntan los navieros, era un "engaño" del polémico excomisario.
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