El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, instó el pasado 12 de diciembre en el Pleno del Congreso a no tener una "mirada corta" y, "lejos de dogmatismos", reflexionar sobre lo que supondría la no aprobación de los Presupuestos generales del Estado 2019, en alusión al más que probable adelanto, en ese caso, de unas elecciones generales que nadie quiere en medio de la espectacular irrupción de Vox.
Era una petición la de Esteban que se unía a otra previa, también de un socio del Gobierno, Pablo Iglesias, para que ERC y, sobre todo, el PDeCAT "entren en razón", asegura a Vozpópuli una fuente peneuvista. "No tener presupuestos es tanto como obligar a Pedro Sánchez a convocar elecciones y perdemos todos menos el PP", sostienen estas fuentes.
No en vano, el acuerdo por el que el PNV dio su voto a Sánchez en la moción de censura, en junio pasado, tenía como condición no celebrar esos comicios y obligó al hoy presidente del Gobierno a desdecirse de su promesa originaria de convocar a los españoles a las urnas "cuanto antes". El partido gobernante en el País Vasco sabe que aunque abolir los fueron necesita de una reforma constitucional imposible, cualquier gobierno que pivote en Ciudadanos y Vox recortaría el cupo.
Bronca en el PdeCat
Por eso, y de forma "más silenciosa" que Iglesias y Podemos, tanto Esteban como el lendakari, Íñigo Urkullu, y el presidente del PNV, Andoni Ortúzar, están redoblando en estas semanas de parón político por la Navidad su presión sobre el independentismo catalán.
Saben que el PDeCAT está partido en dos y que, mientras diputados como Carles Campuzano, Ferrán Bel o Jordi Xuclá, no esconden su disposición a apoyar los presupuestos a Sánchez, la dirección del grupo que lleva con mano férrea la coordinadora Miriam Nogueras, muy afín a Carles Puigdemont, no está por la labor. Lo demostró Noguera desautorizando el pasado 30 de diciembre a Bel horas después de que se mostrara abierto a negociar:
Per un 95% el CN del Partit Demòcrata va votar que es votés NO als pressupostos de Sànchez.
El NO als pressupostos és ferm. El nostre NO a la seva tramitació, també. #república https://t.co/nCzWoq6gvz
— Miriam Nogueras ? (@miriamnoguerasM) December 30, 2018
En el Gobierno, mientras tanto, contienen la respiración. Sánchez y la vicepresidenta, Carmen Calvo, saben que el voto de ERC y del PDeCAT a las cuentas públicas irán muy de la mano en la votación final de las cuentas públicas, como han hecho con el gesto de permitir que se aprobara la senda de gasto hace dos semanas en el Congreso, a sabiendas de que el Senado la rechazaría posteriormente.
Dicho de otra forma, ni Puigdemont ni el presidente de la Generalitat, Quim Torra, por un lado, ni el el encarcelado presidente de ERC, Oriol Junqueras, quieren aparecer ante la opinión pública independentista como unos "traidores" a la causa, menos aún cuando, de forma paralela a la tramitación presupuestaria se va a desarrollar el juicio oral contra los imputados por el referéndum ilegal de 1-O de 2017.
"La vicepresidenta mantiene contactos regularmente tanto con el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, como con la consejera, Elsa Artadi", señalan a este periódico fuentes gubernamentales tras la observación de Aragonés, la cuota ERC en el Govern, de que la relación "se debe mantener", independientemente de que los grupos parlamentarios tengan sus desavenencias en el Congreso.
"Siempre hemos separado lo que es el diálogo entre gobiernos de lo que es la posición de los grupos parlamentarios en el Congreso", insistió Aragonés el día de Año Nuevo en un intento por salvar de las diferencias que hay en el independentismo la decisión final que se adopte respecto a los presupuestos.
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