La caída de Pedro Sánchez este sábado y la batalla fratricida que se ha librado en el seno del PSOE ha aumentado en la cúpula de Podemos las expectativas del deseado sorpasso a los socialistas en unas eventuales terceras elecciones, sin finamente se convocan dentro de un mes. Según fuentes próximas a la dirección del partido morada, “la osadía mostrada en el PSOE por los que no desean el cambio, por su ala más conservadora”, en alusión a los barones críticos, con Susana Díaz a la cabeza, "liquida las opciones de formación de un gobierno alternativo". Ante ello, dirigentes de la organización del círculo coincidían este sábado por la noche en que lo que toca ahora es "redoblar la ofensiva" contra Mariano Rajoy.
En su cuenta oficial de Twitter, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, reaccionó así a la dimisión de Sánchez: "Se imponen en el PSOE los partidarios de dar el gobierno al PP. Frente al gobierno de la corrupción, nosotros seguiremos con y por la gente".
Por su parte, el secretario Político de Podemos, Íñigo Errejón, que siempre defendió una posición más aperturista a los socialistas, mostró este sábado su "preocupación por el posible repliegue conservador y las posibilidades de que se mantenga el gobierno corrupto e ineficaz del PP".
El coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, sentenció: "El PP ha ganado la votación en la calle Ferraz". "Tampoco nos equivoquemos. Era y es una lucha de poder, burocrática, no ideológica. El proyecto de Sánchez y Susana es el mismo. Vienen años de muchas curvas, y necesitamos más que nunca una izquierda fuerte. Si el pueblo trabajador lucha unido, hay futuro", afirmó el socio de Iglesias.
Esta misma semana, el argumentario oficial de Podemos decía que todavía había tiempo para intentarlo con Pedro Sánchez, cuya “resistencia” aplaudieron Pablo Iglesias y sus colaboradores. “La formación de una alternativa de gobierno clara haría que la gente no buscara cobijo en la desafección ante la tormenta que está cayendo”, sostenían. Sin embargo, en privado, de puertas hacia dentro, la cúpula morada ya pensaba básicamente en clave electoral, en ir preparando la estrategia de campaña para la “sacudida final”, la que les llevaría a superar al PSOE, algo histórico, y a poner al PP contra las cuerdas.
La dirección de Podemos encuentra ahora un "una oportunidad única, sin precedente, de empoderamiento de la ciudadanía"
Junto a ello, ha empazado a extenderse también en el aparato que no hoy prisa por celebrar la segunda Asamblea Ciudadana estatal (tras la fundacional de Vistalegre) en la que renovar la formación. Si bien Iglesias deslizó este verano que el cónclave podría ser a finales de año o principios del próximo, ahora se insiste en que, según los estatutos, puede esperar hasta otoño de 2017. De momento, la siguiente cita destacada en que la plana mayor de Podemos podrá debatir internamente será el 8 de octubre.
Lo sucedido estos días en la calle Ferraz ha venido a confirmar en los dirigentes de Podemos la idea de “crisis de régimen” -el de la Transición- que vive el país, apuntan las mismas fuentes, donde se abre “una oportunidad única, sin precedente, de empoderamiento de la ciudadanía, para que los de abajo recuperen su soberanía”.
Después de la debacle socialista en los comicios vascos y gallegos del 25-S y antes de que el pasado miércoles estallara la guerra civil en el PSOE, Iglesias ya apuntaba a la necesidad de elevar la apuesta y hablar a los socialistas de “igual a igual”, no de tercera fuerza a segunda fuerza. A esa conquista de la hegemonía de la izquierda, objetivo nuclear de su proyecto, es a la que Podemos dedicará ahora sus mayores esfuerzos, salvo que tal reto quedo suspendido por un acelerado acuerdo de gobierno con el PSOE, a estas alturas más inverosímil que factible.
“Mirar de tú a tú” al PSOE
Tal pretensión es la de pasokizar al Partido Socialista, de relegarlo a una tercera posición pese a haber sido una formación de gobierno (la que más ha mandado en este país), tal y como le ocurrió al Movimiento Socialista Panhelénico en Grecia al ser superado por Syriza. Y ello aparece reflejado en documentos estratégicos de las primarias de Podemos en Madrid, que tendrán lugar entre el 5 y 9 de noviembre. Por ejemplo, en el borrador político elaborado por la candidatura Proceso Adelante, la de los afines al número dos del partido, Íñigo Errejón, se afirma que “Podemos tiene que mirar de tú a tú al resto de formaciones políticas y, por lo tanto, no tiene que organizar toda su actividad ni plantear su hoja de ruta en función de otro actor”, en clara alusión al PSOE.
En la misma línea, el documento establece que “Podemos tiene que definirse desde otras coordenadas para ser útil a nuestro pueblo, construyéndose y pensando con los que están, pero teniendo siempre como objetivo a los que faltan, porque necesitamos ser muchos y muchas más para ganar el país y convertir a la mayoría social en mayoría política. Lo contrario de esto es subalternidad, por muy radical que se vista”.
Esto último indica que tanto los pablistas y los anticapitalistas, por un lado, y los errejonistas o más moderados, por otro, coinciden en que Podemos no puede jugar un papel secundario en su relación con el PSOE, como asumió IU en el pasado.
El borrador de la candidatura Reinicia Podemos, la impulsada por Anticapitalistas con el eurodiputado Miguel Urban al frente, lo expresa así: “Podemos no debe ser la muleta del bipartidismo ni subalternizarse al PSOE. A la hora de abordar alianzas y pactos de gobierno, apostamos por un modelo que (…) evite la constitución de gobiernos mixtos con el PSOE”.
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