Los abogados de Podemos ignoraron por completo el tema del supuesto hurto de los móviles de Dina Bousselham y su exmarido Ricardo Sa Ferreira hasta que empezaron a salir en la prensa noticias comprometedoras para el partido. Los dos trabajaban en la primera línea de la formación, al lado del secretario general, y en Podemos se preguntan por qué Podemos no presentó una denuncia y ningún miembro del equipo legal fue activado tras un robo de móviles que contenían material sensible para el partido.
En el relato del supuesto robo de los móviles de Bousselham y Sa Ferreira hay elementos que no cuadran. Según la reflexión de varias fuentes de Podemos, nadie en el partido a nivel de cúpula y de dirigentes, y sobre todo nadie entre los abogados y técnicos del equipo legal, se interesó al asunto. “¿Cómo puede ser que el partido no hiciera nada? No se pidieron diligencias ni el partido denunció el robo. En teoría en esos móviles había documentación reservadas de la campaña electoral…y nadie hizo nada”, revelan las fuentes consultadas.
En la reconstrucción de los acontecimientos son importantes las declaraciones de Bousselham. Pero también la de su exmarido. Entre otras cosas porque no coinciden entre ellas. El exmarido de Bousselhm explicó al juez Manuel García Castellón que robaron su móvil junto al de Bousselham. Fue mientras cargaban en el almacén de Ikea una caja. Dejaron el carro lejos de ellos (una circunstancia algo sospechosa, puesto que las cajas del Ikea suelen tener un peso considerable), y mientras llevaban los productos alguien sustrajo un abrigo con los móviles. El marido de Bousselham había guardado afortunadamente las llaves del coche en el bolsillo, así que pudieron ir a la comisaría de Alcorcón para denunciar el hurto.
El supuesto robo se llevó a cabo a principios de noviembre. Es decir, en plena campaña electoral de las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015. Bousselham era entonces la responsable del equipo de asesores de Iglesias en Bruselas, y Sa Ferreira uno de los responsables del equipo de campaña electoral. Trabajaba entonces en el equipo del secretario general.
Hurto, no robo
Los dos reconocen en sus declaraciones que en los móviles custodiaban documentación oficial valiosa del partido y conversaciones comprometedoras para los candidatos de la formación. Aun así, el robo de los móviles quedó totalmente al margen de la vida interna de Podemos. El equipo legal del partido no tomó ninguna iniciativa: “No se hizo nada en noviembre ni en diciembre. Es más. Técnicamente fue un hurto, no un robo, o sea que el juzgado no investiga esos casos de oficio. Pero el partido no hizo nada. Nadie dijo nada”, relatan fuentes internas de Podemos en contacto con el equipo de legal.
“No le dieron importancia”, argumentan más fuentes del partido, que añaden: “Tampoco nadie se fue en enero al juzgado. Si alguien roba un móvil de un directivo de una empresa es la propia empresa la más interesada en denunciarlo. Por ejemplo por si la competencia quiere acceder a datos reservados de algún producto. En cambio, en Podemos y en plena campaña electoral, no ocurrió nada. Toda esta historia no encaja con la actividad normal en un asunto de ese tipo”.
Se desconoce si, por lo menos, Dina Bousselham y su marido informaran personalmente a Iglesias de la situación. Lo que sí se sabe es que la cúpula de la formación no investigó el asunto, y que los abogados de Podemos ignoraron por completo la situación. Al menos hasta los primeros meses de 2016, cuando Iglesias recibió una copia de la tarjeta del móvil de Bousselham, y después medios digitales empezaron a publicar el contenido de la misma.
Ofrecimiento a periodistas
Cuando Iglesias recibió la tarjeta con el contenido del móvil de Dina Bousselham tampoco hizo nada. “En enero de 2016 nadie hizo nada”. Aunque lo que se empezaba a comentar es que Iglesias afirmaba ante sus compañeros que sospechaba de que “se estaba ofreciendo a periodistas”, según fuentes de Podemos y una declaración de la propia Dina Bousselham.
Algunos compraron posiblemente el contenido de la tarjeta. El propio José Manuel Villarejo, según la investigación de la Policía, llegó a una copia y es entonces cuando el partido empezó a pensar que podía “implicar” a algunos periodistas, argumentan fuentes de Podemos. En julio de 2016, Bousselham amplió su denuncia por el robo del móvil. Y Podemos activa la primera parte de su campaña contra las 'cloacas'. La segunda fue en diciembre de 2018, como desveló este diario.
Pero en la formación muchos dudan de la versión oficial, y creen que la propia Bousselham forme parte de los que filtraron el material a la prensa. Sospechan también de su exmarido. “Si hubiera sido un robo, hubieran publicado algo más fuerte que un chat y una jota. Y sobre todo se hubiera publicado antes de las elecciones de junio de 2016, no después”, revelan desde Podemos.
Los tiempos de la publicación de esas informaciones, así como de la descripción del robo y la falta absoluta de interés y acción de los abogados de Podemos alimenta las dudas sobre el caso. Y refuerzan los temores a que los fallos en el relato del partido acaben convirtiendo el caso Dina en un bumerán inesperado para el secretario general y vicepresidente del Gobierno. Iglesias se puede convertir de "perjudicado" en el caso Villarejo, en imputado por delito informático y destrucción de pruebas.
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