A Pedro Sánchez se le acumulan los problemas en relación con sus socios. A los ultimátums de Junts, con un Carles Puigdemont dispuesto a romper los acuerdos firmados hace un año, se le suma ahora una opinión generalizada en Podemos, de que la mejor opción es dejar de apoyar al Gobierno formado por el PSOE y Sumar.
En la formación morada, cuyos cuatro votos son cruciales para la mayoría de votaciones, existe una creencia de que "cada vez que le salvamos el pellejo nos quita más votos". El temor en el partido liderado por Ione Belarra, es que "a costa de salvar el Gobierno, Sánchez nos está fagocitando electoralmente".
Los podemitas, que a las pocas semanas de iniciar la legislatura ya rompieron el acuerdo suscrito con Sumar, pasando al grupo mixto, han actuado por libre durante este último año. Y aunque han dado apoyo a prácticamente todas las iniciativas gubernamentales, han hecho valer su posición de poder para negociar medidas que llevaban en su programa electoral.
Bajo esa misma premisa, el partido liderado por Belarra, aunque vigilada de cerca por el fundador y cerebro de todos los movimientos, Pablo Iglesias, advirtió al Gobierno de Sánchez y Yolanda Díaz que únicamente darían su apoyo a los presupuestos del año que viene con una serie de concesiones que, por ahora, no parecen asumibles para el Ejecutivo de coalición.
Sin interlocución con el Ejecutivo
En Podemos aseguran que la interlocución con el Ejecutivo está "rota". Apenas el ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, mantiene algún puente tendido con los de Belarra. Pero no con un intercambio de posiciones muy constante.
Los morados, de la misma forma que ha hecho Puigdemont, advierten al PSOE de que "no esperen negociar con su formación los presupuestos hasta que cumpla con la permanencia del impuesto a las energéticas". Un impuesto que otros socios, como Junts o el PNV, no quieren mantener.
La organización a la izquierda del PSOE, que formó parte del Ejecutivo en la pasada legislatura, censuran que la estrategia de Sánchez sea negociar primero con partidos de la derecha, en referencia a PNV y Junts, y después de tener "todo acordado" con ellos tratar de "chantajear" a Podemos para que apoye esos pactos.
Cuestión de confianza
Podemos entiende la cuestión de confianza que Junts registró la semana pasada y con la que quieren medir el grado de apoyo que sigue teniendo Sánchez en el parlamento. Los morados consideran "normal" que haya fuerzas políticas que se sienten "engañados y defraudados" por los incumplimientos del Gobierno.
"Es normal que exista esa desconfianza porque la dinámica hasta ahora de este Gobierno ha sido comprometerse con cada partido a determinadas cuestiones que después no tiene la voluntad de cumplir" manifiestan en el entorno de Ione Belarra.
En Podemos manifiestan que "el PSOE tiene un problema si piensa que se puede seguir acordando e incumpliendo con todo el mundo y que eso no le pase factura incluso en esta misma legislatura".
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