Finalmente Irene Montero no tendrá que acudir el próximo 20 de enero al Juzgado de lo Social número 3 de Madrid tras ser demandada por su exescolta. La ya ministra de Igualdad pagó este pasado martes a la que era su trabajadora, tal y como indica El Confidencial, por lo que finalmente no pasará por la sede judicial.
La denuncia de la trabajadora se basaba en que la número dos de Unidas Podemos obligaba a llevar comida a la familia, hacer de recadera, mecánica y chófer de la familia.
En concreto, en la demanda, la guardaespaldas denuncia a Montero por obligarla “de manera recurrente”, y fuera de su horario, a hacer de recadera para ella y sus hijos, comprar comida para las mascotas, llevar y traer a amigos y familiares hasta el chalet de Galapagar, encargarse del mantenimiento de varias propiedades de la pareja y, además, ocuparse de la mecánica de sus vehículos particulares.
Tareas que mandaban a la escolta
También tenía que ir a comprar “productos de parafarmacia y droguería para bebés” o “alimentación” de determinadas marcas y supermercados, llevarle la cena a casa desde varios establecimientos concretos de Madrid o “comprar comida para los perros”.
Por todo ello, la escolta demandó a la formación morada por el trato laboral "discriminatorio" recibido por la número dos de la formación morada. La empleada de seguridad fue contratada por Podemos durante casi dos años y trabajó para Montero.
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