Los apoyos a la moción de censura presentada por Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy siguen en el aire cuando faltan menos de tres días para que se produzca la votación definiiva. A lo largo de este martes se sucedieron los contactos entre los diferentes partidos políticos de la oposición, de los que poco trascendió.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, lanzó al filo de las tres de la tarde un nuevo órdago. Si Sánchez fracasa y no consigue los apoyos suficientes para ser investido presidente, el partido morado está dispuesto a impulsar una moción técnica que permita convocar elecciones con carácter inmediato.
Iglesias robó así la iniciativa a Ciudadanos, que hasta ahora era el señalado para presentar una segunda moción instrumental si Rajoy se sigue negando a convocar elecciones. A diferencia del partido de Albert Rivera -que cuenta con 32 diputados- Unidos Podemos tiene 67. Por ello no necesita que nadie le preste parlamentarios para registrar la moción.
Los nacionalistas vasco del PNV siguen sin desvelar cuál será su postura en la votación que habrá de producirse el viernes. El portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, señalaba este mismo lunes que todavía quedaban "muchas incógnitas por resolver" sobre lo que pretende hacer el PSOE en el hipotético caso de que Sánchez llegue a La Moncloa.
Lo que no quieren en ningún caso es una convocatoria electoral, sabedores de la buena posición con la que parte Ciudadanos en todas las encuestas. La maniobra de Iglesias, que tampoco tiene las elecciones como opción prioritaria, trata de hacer que los nacionalistas vascos se vean obligados a ceder en la votación de Sánchez como candidato. O le apoyan, o Podemos impulsará la iniciativa con un candidato de consenso que puede conducir a las urnas.
El líder morado les pone así en la tesitura de decidir entre mantener a Rajoy, al que acaban de respaldar en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado la semana pasada, o esperar a que se vaya a las urnas irremediablemente con la moción técnica de Podemos. Todo, con el riesgo de que sea Rivera y no Sánchez quien llegue finalmente a La Moncloa. El partido naranja se ha mostrado especialmente beligerante con las pretensiones de los nacionalistas vascos hasta ahora, como el Cupo o las concesiones del Gobierno del PP para recabar sus apoyos.
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