Más Irene Montero y menos Pablo Iglesias. En los últimos días se han multiplicado los rumores que apuntan a un mayor protagonismo de la número dos del partido. Algunos han llegado incluso a barajar la opción –lejana para algunos-- de que Montero sustituya a Iglesias como candidato, aunque el secretario general se mantenga al mando del partido, en un tándem electoral que algunos sectores de la formación morada ven con buenos ojos.
Ambos dirigentes concurrirán a las elecciones del 10 de noviembre en la circunscripción de Madrid. Será una competición “a vida o muerte” con el nuevo partido de Íñigo Errejón, asumen dirigentes de Podemos Madrid. Y es precisamente en esa agrupación madrileña donde empieza a moverse la idea de que Montero, casi dos meses después de su tercer parto (dio a luz el 3 de agosto), ocupe un papel relevante.
"Nos jugamos el futuro"
Justo en esa agrupación madrileña desde la semana pasada se difunde por los móviles la consigna electoral: “Nos jugamos el futuro”. Miembros de esta agrupación recuerdan que el nombre de Montero ya circuló cuando se necesitaba buscar un contrincante a Errejón en las autonómicas de mayo (luego el partido se decantó por Isa Serra, que sufrió una fuerte derrota). E insisten en que la número dos del partido es apreciada en muchos círculos y su trabajo puede ayudar a captar el voto joven y de las mujeres.
Aunque el partido se desmarca oficialmente de los que piden que Montero pueda incluso ser cabeza de lista, es decir, candidata a la presidencia, otras veces mantienen la prudencia. “No lo descartaría”, afirman, asumiendo que sería un “hábil golpe de efecto”. “Conllevaría riesgos, pero también oportunidades”, añaden.
Lucha sin cuartel contra Errejón
La clave para el partido morado es que Iglesias desde el punto de electoral está desgastado. El propio Iglesias ha dicho a los suyos sentirse cansado. Pero también es cierto que la entrada en la contienda de un partido rival como el de Errejón impide al secretario general dar un paso al lado. Retirarse de la primera línea sería la conclusión amarga de una trayectoria política que, con sus altos y bajos, ha sido de las más fulgurantes en la historia democrática de España.
De ahí que la solución que se vislumbra como más probable es una pareja de baile electoral, dispuestos a jugar todas sus cartas en una lucha sin cuartel contra el PSOE y el nuevo partido errejonista.
Baja de maternidad
Pero, ¿cómo afectaría el trabajo en campaña de Montero a su baja de maternidad? El partido morado defiende a capa y espada el cumplimiento obligatorio de esta baja, y la modificación de la normativa acordada en el pasado mes de marzo ayuda a la situación actual.
El decreto ley aprobado en marzo, de hecho, permite fraccionar dicho permiso durante el primer año de vida del bebé. Los cambios están recogidos en el artículo 12 del Real Decreto 6/2019, del 1 de marzo. De tal manera que tal y como ocurrió la semana pasada, cuando Montero dio una entrevista en RTVE, la dirigente podría interrumpir su baja alternándose con el padre y dedicarse a las tareas de campaña.
Montero "restaría más"
Ahora bien, no todos en Podemos ven con entusiasmo ese plan. Para algunos “Irene y Pablo son lo mismo”. Y creen que aunque Iglesias hoy en día “resta más que suma”, Montero “restaría más”.
En ese debate interno que, con toda probabilidad, acabarán resolviendo los dos involucrados, se suman algunas reflexiones sobre el hecho de que, en el frágil equilibrio interno, la figura de una mujer puede ayudar a aglutinar a las confluencias e IU. Con un peligro de fondo: “Si Pablo cede el protagonismo a Irene, la quema, y va a ser muy difícil su relevo después, porque de ir mal las elecciones todos la culparán a ella”, mantienen algunos miembros de los morados. Aunque todos coinciden: en juego está la supervivencia de Podemos, y toda la cúpula deberá remar en la misma dirección.
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