Unidas Podemos ha solicitado a la Mesa del Congreso que se puedan aplicar sanciones "más contundentes" a los diputados que insulten a otros parlamentarios, llegando incluso a la suspensión de su cargo por un plazo de hasta un mes, para evitar "que la ultraderecha despliegue su matonismo" sin consecuencias.
Una iniciativa que ha explicado el diputado de este grupo Gerardo Pisarello después de que en el pleno de la semana pasada un diputado de Vox llamara "bruja" a una parlamentaria socialista durante el debate sobre una iniciativa contra el hostigamiento a las mujeres que acudían a clínicas para abortar.
Para Pisarello, no es suficiente con que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, citara después en su despacho al portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, para llamarle al orden y pedirle que eso no se volviera a repetir.
"No basta con una queja verbal", ha insistido el diputado morado al exigir la aplicación del Reglamento de la Cámara, en concreto los artículos 101 y 106 "que prevén sanciones más contundentes".
De acuerdo con el artículo 101, el Reglamento contempla la suspensión temporal en la condición de diputado cuando, por ejemplo, éste persista en su actitud una vez sancionado o en el caso de que al ser expulsado del hemiciclo se niegue a abandonarlo.
El 106 contempla la expulsión de un diputado hasta durante un mes en el caso de una sanción grave, sin perjuicio de que la Cámara, a propuesta de la Mesa, pueda ampliar o agravar la sanción.
"Miedo político"
No se trata simplemente de "ofensivas al decoro, son insultos graves que quieren generar miedo político" y distorsionar los debates, ha subrayado para pedir que se establezca "un cordón sanitario" a este tipo de comportamientos.
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