El positivo por coronavirus de la vicepresidenta y ministra de la Presidencia, Carmen Calvo, obliga a Pedro Sánchez a modificar uno de los pilares del Ejecutivo. El Presidente del Gobierno deberá nombrar su sustituto a través de un decreto, puesto que Calvo estará de baja durante varias semanas. Todo apunta a que el Presidente se decante por otro dirigente del PSOE, aunque otro problema acecha La Moncloa. Pocos días antes de ser ingresada, Calvo mantuvo una reunión con Iván Redondo. El principal asesor de Sánchez se ve a diario con el presidente y si Sánchez enferma y tiene que ser hospitalizado la ley obliga a entregar el bastón de mando a Pablo Iglesias.
Calvo ejerce un papel central en el Ejecutivo. La socialista coordina todos los comités técnicos (reuniones con secretarias de Estado y las ministeriales) que preparan los encuentros del Consejo de Gobierno y redactan los borradores de los decretos. Pero ahora, tras la confirmación de su contagio por Covid-19, adelantada en exclusiva por Vozpópuli y que el Gobierno negó en un primer momento, Sánchez intenta normalizar una situación interna muy complicada.
Para hacerlo deberá firmar un decreto que recoja el nombre del nuevo ministro de Presidencia. Todo apunta a que uno entre María Jesús Montero o José Luis Ábalos, respectivamente ministros de Hacienda y Transportes, serán los designados. También circula el nombre de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Lo más probable es que lo haga cuanto antes, puesto que después de que Calvo ingresara en la clínica privada Ruber de Madrid con síntoma de Coronavirus, el presidente ha tenido 72 horas para reflexionar sobre el asunto.
En Podemos mostraban su sorpresa ante ese retraso. La sensación compartida en varios segmentos del partido morado era que Sánchez estaba intentando ganar tiempo, con el objetivo de evitar que Iglesias, vicepresidente segundo, pudiera aspirar a ese cargo de coordinación del Gobierno. "Si la vicepresidenta segunda fuera Calviño [es vicepresidenta tercera], seguro que hubiéramos conocido antes el resultado de la prueba", comentaban en Podemos.
Reunión con Iván Redondo
Otra deriva puede explicar el retraso de 72 horas en oficializar el resultado del análisis clínico de Calvo. Atañe al corazón de La Moncloa, porque el pasado 16 de marzo, seis días antes de que Calvo tuviera que ser atendida por los médicos, la vicepresidenta mantuvo una reunión presencial con Redondo y otros asesores de Sánchez.
De ahí la preocupación de que, ahora, también Redondo y otros asesores tengan que estar en cuarentena y hacer la prueba de contagio. Así lo dictamina el protocolo de seguridad sanitaria al que deben atenerse todos los ciudadanos.
"Redondo estuvo la semana pasada en La Moncloa con Sánchez", aseguran fuentes gubernamentales. "Y en estos días ha tenido sin duda contactos con el Presidente", añaden. Es más. Calvo estuvo sentada al lado de Sánchez en los últimos consejos de Gobierno y en la sesión parlamentaria (aunque en este caso se guardaron muchos metros de distancia) del 18 de marzo.
'Modelo' Ayuso
La cuestión no es baladí. Si Sánchez tuvo un contacto directo con Calvo, además de los que tiene con Redondo y el contagio de su mujer Begoña Gómez, y debe ser hospitalizado, la Ley de Gobierno le obligará a entregar el bastón de mando a Iglesias. El artículo 13 señala que "en los casos de vacante, ausencia o enfermedad, las funciones del presidente del Gobierno serán asumidas por los vicepresidentes, de acuerdo con el correspondiente orden de prelación, y, en defecto de ellos, por los Ministros, según el orden de precedencia de los Departamentos".
Aun así, en la Moncloa confían en que, aunque Sánchez dé positivo, pueda trabajar desde la cuarentena como lo hace Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
El pasado martes, el Gobierno ordenó desinfectar algunos edificios de la Moncloa donde había trabajado Calvo. Los trabajadores se encontraron con un operativo de desinfección que desconocían y sobre el que no recibieron información. "También conductores y escoltas han dado positivo al virus", afirman otras fuentes gubernamentales.
Con ya más de 3.400 fallecidos, el positivo de Calvo añade una dificultad más en la gestión de la crisis. La ministra de Economía y Vicepresidenta tercera se centra en evitar otra recesión, pero también ella estuvo muy cerca de Calvo en los últimos días. Otras ministras resultaron infectadas. Se trata de Irene Montero y Carolina Darias. Montero, Darias y Calvo acudieron a la manifestación feminista del 8-M que el Gobierno permitió aunque se contaban 400 contagiados nivel nacional.
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