La decisión de la Audiencia Nacional de citar como testigo a Mariano Rajoy en el 'caso Gürtel' cayó como una bomba inesperada en la sede de Génova. Sin reacción oficial a la noticia, fuentes del partido comentaban que se trata de "un asunto grave, es un mazazo con el que no contábamos". Moncloa emitía un comunicado sereno, neutro, de respeto y colaboración con la Justicia. Aún a título de testigo, es la primera vez que un presidente del Gobierno español es convocado a declarar por un tribunal.
El abogado del PP, Jesús Santos, se había ausentado de la sala que entiende del casol media hora antes de que se conociera la decisión del tribunal, según testigos. Un detalle que evidencia la supuesta tranquilidad del partido en el Gobierno ante la decisión de los jueces. Una sorpresa, una bofetada, "buscan el paseíllo, es indigno", comentaba en privado un dirigente como muchos años en el partido.
No hay decisión alguna sobre la forma en la que el presidente del Gobierno cumpla con la requisitoria testifical de los jueces. Entre otras cosas, porque no está claro si podrá declarar en su despacho y si podrá hacerlo por escrito. Grandes dudas que resolverá la Sala en su momento.
La conmoción ha pillado a los populares con el pié cambiado. El coordinador general, Fernando Maíllo, tenía previsto desplazarse a Zamora para presidir una reunión preparatoria del congreso provincial, en el que anunciará si renuncia o no a continuar el frente de la organización. No ha habido hasta ahora ninguna declaración pública en Génova, donde se estudia la respuesta política a este episodio inesperado.
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