Los dos PP chocaron este martes en torno a la figura de Cristina Cifuentes. El informe de la UCO, desvelado ahora al levantarse el secreto del sumario con el 'caso Púnica' que pedía investigar a la actual presidenta de la Comunidad de Madrid produjo un nuevo sobresalto en el seno de la formación conservadora. Fueron horas de desconcierto y temor, hasta que finalmente el juez Eloy Velasco hizo saber que el informe de la Guardia Civil, sobre un presunto caso de financiación ilegal del PP, no conducía a parte alguna. Horas más tarde, los fiscales Anticorrupción incluían a Esperanza Aguirre como integrante de la ?red de decisión y ejecución a través e diversos canales de financación irregular" para sufragar "los excesos" de gastos de diversas campañas electorales. El 'PP viejo' se cruzaba otra vez en el camino del 'nuevo'.
Los hechos del caso que señala a Cifuentes se refieren a episodios ocurridos entre 2007 y 2012, cuando la actual jefa del Gobierno de Madrid era vicepresidenta primera de la Asamblea. "Las decisiones eran colegiadas y se tomaban conforme a informes técnicos", declaró la aludida. Un asunto del pasado de un PP del pasado, señalan en su entorno.
"Soy una persona absolutamente honesta", señalaba en su primera intervención tras conocerse la decisión del magistrado. "Voy a luchar por defender mi honor", añadía quien enarbola desde hace tiempo la bandera de la lucha contra la corrupción. Dejó caer que no cree que este asunto aparezca en el momento en que Podemos promueve una moción de censura contra su continuidad al frente del Gobierno madrileño.
"Cabe sospechar una extraña intencionalidad, esto no es casual, aquí pasan cosas muy raras", decían en el entorno de Cifuentes, que no terminaban de entender el sentido de la investigación de la UCO ahora conocida. "Hay gente interesada en alimentar intoxicaciones y el juego sucio", añadían.
En Moncloa se guarda silencio. Durante estas horas, el interés del Gobierno estaba en el Congreso de los Diputados, donde se debatía la reprobación, finalmente aprobada, del titular de Justicia. "Aquí ya nadie pone la mano en el fuego por nadie", apuntaba un veterano del equipo de Gobierno. En la mañana, Pablo Casado, vicesecretario general, tenía palabras de reconocimiento hacia la labor de oposición desarrollada en el consistorio por Esperanza Aguirre. También hacía lo propio con Cifuentes, al igual que Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso.
Una nueva conmoción
El revuelo fue inmenso. Podemos reclamaba la dimisión de la presidenta, el PSOE se mostraba más prudente y Ciudadanos recordaba que hará lo propio si resulta imputada. En el PP madrileño el impacto de la noticia produjo una nueva conmoción. Casi mayor que al conocerse la detención de Ignacio González, expresidente de la Comunidad por el 'caso Lezo'. Un sector del PP de Madrid, el que ahora denominan 'del pasado' no ocultaba cierta satisfacción por la incómoda situación de Cifuentes, denunciante de las irregularidades del Canal de Isabel II. Alguien en el partido incluso empezó a hablar de quién será la sucesora de Cifuentes, en el caso de que tenga que irse.
El juez Velasco y el fiscal del caso pusieron finalmente las cosas en su sitio. Las aguas se templaron, aunque no del todo, ya que unas horas antes, su viceconsejero Miguel Ángel Ruiz tuvo que presentar su dimisión al ser investigado en el 'caso Púnica' por su participación en la empresa Arpegio, que dirigía Francisco Granados. Otra vez 'el PP del pasado', mencionaban las fuentes aludidas, ya que Ruiz ha sido investigado por el juez por su actuación de hace años, cuando era director general del 'plan Prisma'. El equipo de Cifuentes emitió una nota subrayando con particular interés este hecho. "Eran tiempos del Gobierno de Aguirre", se afanaban en aclarar.
Los dos PP de Madrid han chocado con estruendo: el 'viejo PP', que muchos vinculan con el 'aguirrismo' y el actual, el que lidera Cifuentes con la bandera de la transparencia como norma
Los dos PP de Madrid han chocado con estruendo en una jornada particularmente dura para el partido. El 'viejo PP', el de la etapa anterior, que muchos vinculan con el 'aguirrismo', y el actual, el que lidera Cifuentes con la bandera de la transparencia y la limpieza como norma. Ciudadanos ya ha dicho que seguirá apoyando a la presidenta mientras no haya lacra judicial en su expediente. En algunos círculos del PP señalan que este asunto de la adjudicación de una contrata de cafetería de la Asamblea de Madrid deja huella, al menos política. La imputación de su viceconsejero, también.
La jefa del Gobierno madrileño recela de movimientos internos que apuntan en contra de su futuro político. Cifuentes es una de las figuras más preminentes de su formación, y figura siempre entre los nombres de relevancia de cara al 'postmarianismo'. Los casos que ahora emergen son anteriores a su llegada a la presidencia de la Comunidad, pero no al partido, en el que milita desde hace lustros con puestos de alta responsabilidad. "Los hay que pretenderán utilizar toda esta tormenta para agitar las aguas en contra de Cifuentes, ya lo sabemos", señalan miembros de su equipo.
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