El Partido Popular estudia la fórmula para afrontar al 'efecto Valls' en Barcelona. El riesgo es la desaparición, pasar de los actuales tres concejales a quedarse en cero, como apuntan algunos sondeos. Génova vislumbra varias posibilidades, con la firme convicción de presentar candidatura propia bajo las siglas del PP. Al menos esta es la teoría que predica Pablo Casado. La clave es dar con un candidato 'potente', como subraya Teo García Egea, que logre sobrevivir al vendaval Valls y pueda aportar el suficiente respaldo para defenestrar a Ada Colau.
"Habrá sorpresas, no hay nada cerrado ni descartado", señalan fuentes de Génova, donde se analizan las distintas posibilidades. Al igual que en otras grandes ciudades, el PP ha encargado sondeos con perfiles muy distintos, entre los que figura Alberto Ferández, histórico dirigente del PP en Cataluña y jefe de filas en el Consistorio. "Será un nombre de impacto", aseguraba Dolors Montserrat, portavoz en el Congreso.
¿Fusión o suma?, es la pregunta que se plantean en el cuartel general de los populares. Fusionarse en la candidatura de Valls significaría perder las siglas, la presencia del partido, desaparecer de Barcelona, es decir, desaparecer de Cataluña. "Si no concurrimos con nuestros colores, luego no podremos abrir la boca, desapareceremos del mapa catalán, un desastre", señalan los contrarios a sumarse al proyecto de Valls. Algunas voces sugieren una fórmula mixta, es decir, hacer campaña propia y sumarse a Valls en vísperas de la jornada electoral. "Esa es una opción un poco tramposa, nos saldría mal, tiene un poso estratégico", señalan sus detractores.
Maragall no lo logró
Complementariedad es la propuesta que más se escucha desde el PP catalán. Campaña en paralelo, sin encontronazos ni choques, "porque no nos lo perdonarían". Sumar proyectos para cerrar el paso al populismo y a los independentistas. Es decir, concurrir con siglas propias y luego intentar integrar proyectos. "Valls necesita 21 escaños, sin mayoría absoluta no hay nada que hacer", subrayan estas fuentes. El constitucionalismo ahora tan sólo tiene 12 concejales, con Cs, PSC y PP. Ni siquiera el Maragall olímpico consiguió llegar a los 21. Miquel Roca, con toda la fuerza del mejor momento de Convergencia y el respaldo vehemente del Pujol más poderoso, tan sólo logró 13 asientos en 1995 en su famosa operación para desalojar a Maragall del Ayuntamiento.
"Valls tiene tirón, pero la aventura se presenta muy complicada", mencionan estas fuentes. "Sumarnos a él sin respetar nuestras siglas sería una fusión por absorción", señalan los refractarios a esta posibilidad. "Hay que sumar, no se entenderá que de pronto empecemos a competir con quien puede poner la bandera constitucional en Barcelona", señalan en el otro sector del PP. Las dudas se despejarán muy pronto. Todo depende de si encuentran un nombre importante para encabezar la candidatura
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