"Sobre eso tendrá que dar explicaciones Casado, como ya está haciendo hasta ahora". Soraya Sáenz de Santamaría deslizó esta frase al ser preguntada, días atrás, por el 'affaire' del máster de Casado. Ambos dirigentes acababan de reunirse en el Congreso para perfilar el proceso de 'integración' entre las dos familias que compitieron en las primarias. La exvicepresidenta optó por no sumarse al equipo ganador. Tampoco lo hicieron alguno de sus fieles como José Luis Ayllón o Fátima Báñez. "Ahora vemos porqué", señalan en fuentes de la nueva dirección donde todo son sospechas. "Soraya espera su momento y este asunto puede ser la clave de su actitud".
El nuevo PP cierra filas con su líder. Teodoro García, Javier Maroto y Dolors Monserrat son los encargados de salir a la palestra para poner en cuarentena la decisión de la juez del 51, en cuyo auto se incluyen expresiones que se consideran poco adecuadas. En especial cuando habla de que "pudo verse favorecido con este regalo académico".
En la cúpula de Génova se respira una sensación de hostigamiento y hasta de persecución. "Es un tema menor, no tiene sentido todo lo que está pasando", señalan. "Un ministro de Sánchez tomó posesión cuando aún estaba imputado y nadie dijo nada", recordaba este martes Teorodo García, secretario general de la formación. Se da por hecho que todo se resolverá en el Supremo. "Casado aún no ha sido interrogado, no ha podido defenderse ante un tribunal", apuntan. De momento ni el PSOE ni Ciudadanos reclaman en forma vehemente la dimisión de Casado. El Supremo habrá de decidir.
Listas electorales
El problema es que los plazos de la Justicia no son rápidos y que este escándalo sacude los cimientos de lo que debería ser la nueva etapa del PP. Casado se había sumergido en una intensa campaña para cerrar las heridas de las primarias, perfilar las listas de cara al año electoral que viene y, especialmente, armar los pilares ideológicos de la formación. Una convención programática se preparaba ya para octubre, en el que se sentarían las bases de la nueva línea de actuación.
"Los 'sorayistas' preparan algo. El núcleo duro no colabora, es más, estamos seguros de que se están frotando las manos", apuntan en privado. También se mira hacia Galicia, donde Alberto Núñez Feijóo mantiene un sigiloso silencio. El líder gallego optó por no significarse abiertamente en pro de Casado durante las elecciones internas. Envió, eso sí, mensajes a su gente para que apoyaran la opción de Casado. Es decir, que no votaran a Santamaría.
Ahora el escepticismo se adueña de importantes dirigentes regionales que ven en peligro su cita con las urnas en este también de turbulencias, otra vez con la sombra de los tribunales en la cabeza de la formación. "Hay doble vara de medir. Señalaron a Casado con el título universitario, y cuando se comprobó que había aprobado Derecho de forma correcta, nadie dijo nada, ni se rectificó ni se pidió perdón", recordaba Maroto. Las bases del PP se sienten hostigadas. Confían en Casado, que había devuelto la ilusión al PP. No se esperaban este golpe tan duro con 'un asunto tan menor', insisten. "En dos meses todo habrá terminado. Para entonces, el plano judicial estará clarificado pero en el terreno habrá una huella de consecuencias imprevistas", señalan estas fuentes.
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