El PP analiza con enorme prudencia los primeros pasos de la nueva Administración Bush. “España quiere ser socio preferente de los Estados Unidos”, dijo Pablo Casado, portavoz de Génova, al ser interrogado al respecto. Sobre la supresión de la fórmula en castellano en la nueva web de la Casa Blanca, reconoció que Trump “tiene todo el derecho a gestionar su politica de comunicación como le parezca”. Eso sí, recordó que el 11 por ciento de la población estadounidense es de habla hispana, “lo que es una riqueza y una muestra de la importancia de nuestra lengua en la primera potencia mundial”.
La medida del nuevo Ejecutivo instalado en Washington de suprimir el castellano ha provocado reacciones de rechazo en algunos dirigentes políticos nacionales. Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, publicaba este domingo un tuit de rechazo frontal a esta medida.
"Ridículo internacional"
Otros dirigentes nacionales se han manifestado en la misma línea. En la rueda de prensa de los lunes, Casado se mostró mucho más combativo con Carles Puigdemont y su empeño en protagonizar un acto en el Parlamento Europeo, en una muestra más del “ridículo internacional” de la Generalitat catalana, que en esta medida del equipo de Trump contra el castellano. Un acto que ha sido promocionado con dinero público mediante inserciones publicitarias en medio europeos por valor de más de 120.000 euros.
Algunas fuentes del PP han recordado la escasa reacción que provoca en determinados medios políticos nacionales la persecución de que es objeto el castellano en Cataluña y sin embargo se enfurecen ante esta medida de Trump, que “incluso puede ser transitoria y circunstancial”, señalan.
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