El órdago de Vox sobre la ley de violencia de género ha sembrado el desconcierto en PP y Ciudadanos. Ambas formaciones trasladan serenidad y mantienen su calendario. Este jueves se reunieron para negociar la formación del futuro Gobierno andaluz. Como si nada hubiera ocurrido. Desde la dirección nacional del PP se han dado instrucciones para congelar todo contacto con el partido de Santiago Abascal hasta después de la investidura. "Todo se andará, hay puntos con los que se puede alcanzar un acuerdo, pero a su debido tiempo", señalan.
"Nuestro pacto con Ciudadanos es correcto, hay que aguantar el tirón, es la única opción razonable". En Vox, sin embargo, se está a la espera de alguna respuesta, aunque se mantienen firmes en su actitud. "Esto está difícil, tiene mala pinta", comentan en el partido de Abascal. El fin del 'régimen' socialista andaluz pende pende de un hilo.
Teorodo García Egea, secretario general del partido, apuntaba este jueves que "el PP negociará con Vox como ha negociado en otras regiones, porque lo importante es que empiece la legislatura". No hay plazos, ni fechas, ni condiciones. "Nos vamos a poner de acuerdo", apuntaba antes de conocer el mensaje del líder de Vox. Pablo Casado, desde Ceuta, evitaba el enfrentamiento frontal y recordaba la importancia de 'no politizar' este asunto. Tibio aviso a navegantes, respondido desde Vox con las palabras de Rocío Monasterio, posible candidata de Vox a la alcaldía de Madrid: "Queremos sacar al PSOE de Andalucía pero no puede ser que Ciudadanos se niegue a sentarse en una mesa a negociar con nosotros".
"Aguantar el tirón"
Los populares andaluces venían hablando de la posibilidad de mantener encuentros con Vox en los próximos días. Consideran que la amenaza de Abascal no irá a más, que se trata de un gesto escénico para recuperar protagonismo en unas negociaciones en las que no se contaba con él. "En Vox están fundamentalmente cabreados con Ciudadanos, por sus desprecios y sus ofensas permanente", comentan en en estos círculos. La respuesta de Abascal, colgada en las redes, es detallada y contundente. Casi un ultimátum.
En Génova se lo toman en serio pero no se dan por aludidos. Confían en que la investidura de Juan Manuel Moreno salga adelante, pero no va a ser fácil. "Nos lo está poniendo muy difícil", señalan. "Con esta gente todo es posible", añaden. Javier Maroto, el portavoz más activo de la cúpula popular, insistía este jueves en que aquel que impida el gran cambio en Andalucía, lo pagará caro. Opinión que se comparte en otros ámbitos de la formación conservadora, donde se rechaza cualquier posibilidad de hacerle el juego a Vox. "Ellos sabrán a lo que juegan y no va con nosotros", apuntan.
Un vuelco en la estrategia
Circulan diversas teorías entre los populares. Algunos piensan que Abascal apuesta a una jugada nacional. No permitirá la investidura si PP y Cs no 'tragan' con su exigencia, algo que parece imposible. Se repiten elecciones, gana Susana Díaz y serían Casado y Rivera "los retratados". En Vox comentan que algo tienen que hacer para no defraudar sus 400.000 votantes. Consideran que no pueden cruzarse de brazos cuando has recibido semejante respaldo por parte de una importante sector de la sociedad. "¿Para qué van a votarnos?, pensarán. Si estos no hacen nada y no sirven para nada", argumentan en fuentes de Vox.
Cierto que Abascal señaló que "no seremos un obstáculo al cambio". Pero luego ha matizado. Habla de no tender una alfombra a quienes pretenden prolongar las políticas del PSOE. "Un vuelco en la estrategia poco entendible", según estas versiones, donde no descartan que quizás este gran volantazo de Vox persiga "empujar a PP y Cs en Andalucía al rincón de la derrota, como baza para utilizarla luego a escala nacional.
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