Como en aquel viejo chiste del dentista, ya saben, un paciente que recuerda al galeno: "Doctor, no nos haremos daño, ¿no?", el PP contempla con cierta tranquilidad la vuelta del PNV en unos meses al pacto que estaba previsto para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2018.
Mariano Rajoy va a dar al lendakari, Íñigo Urkullu, y al presidente de los jeltzales, Andoni Ortúzar, todo el tiempo que necesiten para cambiar el actual rechazo por la crisis catalana, en la confianza de que terminen apoyando a las cuentas generales durante el primer trimestre del año próximo, pero fuentes populares consultadas por Vozpópuli avisan: "si no, ya saben que pueden contar con la abstención de Bildu para sacar adelante los presupuestos vascos".
Y es que, aunque el foco mediático está puesto en los apuros de La Moncloa para seguir adelante con la legislatura, lo cierto es que Urkullu también tiene lo suyo. En marzo aprobó los presupuestos vascos de 2017 con los votos del PNV y el PSE y la abstención... del PP. El presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, no pierde ocasión de recordárselo pero en la sede de Génova prefieren ser más prudentes y no echar gasolina al fuego.
De hecho, el viernes pasado, el Consejo de Ministros remitió a las Cortes el proyecto de ley de Cupo Vasco para el quinquenio 2017-2021 con una base de 1.300 millones en este primer año. Toda una declaración de intenciones de Rajoy que busca, descaradamente, la foto de la "normalización" parlamentaria entre los dos partidos, para dar más adelante el paso a la negociación de los Presupuestos del Estado 2018.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, fue claro en la posterior rueda de prensa: Esto "demuestra que el Gobierno es fiel a los compromisos adquiridos con el PNV", dijo el titular de Hacienda en un claro guiño al socio parlamentario del que depende que España tenga cuentas públicas el año próximo y Rajoy pueda culminar la legislatura. Además, Montoro trasladó un mensaje implícito a Cataluña cuando ha señalado que "desde el respeto al ordenamiento jurídico es posible potenciar el autogobierno".
El Gobierno no enviará al Congreso el presupuesto 2018 hasta que no cerrar el apoyo del PNV porque no quiere que se lo tumben y verse abocado a convocar elecciones generales
Lo que no va a hacer Rajoy, según otras fuentes gubernamentales consultadas por este periódico, es presentar a la Cámara el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado 2018 sin el apoyo del PNV y correr así el riesgo de que sean tumbados, por más que tenga ya cerrado el apoyo de Ciudadanos, y los diputados de Coalición Canaria y Nueva Canarias.
Esa imagen le dejaría en muy mal lugar tanto ante la UE como internamente y le abocaría a un casi seguro adelanto de elecciones, que no quiere bajo ningún concepto, y menos después de haber tenido que aplicar el artículo 155 de la Constitución para intervenir la Generalitat de Cataluña.
El pasado jueves, el presidente del PNV, Ortúzar, comentó en una entrevista que "el año pasado con Bildu fue imposible porque se sentaron una vez, pidieron la luna, y la luna no les podemos dar, y fue imposible llegar a un acuerdo". Por contra, los presupuestos vascos 2017 fueron posibles con la abstención de "un PP que actuó de una manera muy inteligente en aquel momento, supo aprovechar aquella oportunidad que dejaba Bildu, la silla vacía".
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