Mariano Rajoy sólo piensa en superar el escollo de la investidura. La abstención del PSOE está muy cerca. Cuadrar el calendario, con apenas 20 días de margen, es cuestión erizada de inconvenientes y dificultades. En ello están tanto en Moncloa como en la Gestora socialista que dirige Javier Fernández. Incluso la Zarzuela podría echar una mano. Lo más urgente es la celebración del Comité Federal del PSOE, aún sin fecha. La semana del 17 será decisiva.
La cúpula de Génova, mientras tanto, otea el horizonte para lograr apoyos de cara a superar los serios compromisos que deberá afrontar el nuevo gobierno. Los presupuestos son el reto crucial de la nueva etapa. Con los socialistas no se pude contar. Rajoy ha dejado dicho la semana última, tanto en Málaga como en Zaragoza, que no pondrá condiciones a su pacto con Fernández, líder de la gestora. “La gobernabilidad tendré que ganármela día a día”, afirmó el presidente en funciones el sábado último. “Con humildad y paciencia”.
Un apoyo circunstancial
Las miradas de la cúpula del PP se dirigen ahora hacia otros horizontes, como el PNV, que, en el último minuto perdió en las autonómicas el escaño que le garantizaba un gobierno tranquilo con tan sólo el respaldo de los socialistas vascos. Hay conversaciones en marcha, tanto desde la dirección de los populares como en el grupo parlamentario. El PNV ha señalado con insistencia que no respaldará la investidura de Rajoy. Ni siquiera se inclinará por la abstención.
Una vez se haya logrado formar gobierno, el escenario sería buen distinto, según fuentes de Génova. Los nacionalistas vascos no se han pronunciado radicalmente en contra de respaldar la aprobación de los presupuestos, siempre y cuando logren algunas de las contrapartidas que su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, ya dejó plasmadas durante el debate de investidura de Rajoy. Se trata de reivindicaciones muy concretas y muy pragmáticas. Algunas de ellas, incluso posibles.
Gobernar ‘día a día con humildad’, este es el nuevo lema que ha puesto en marcha el presidente en funciones
Gobernar ‘día a día con humildad’, este es el nuevo lema que ha puesto en marcha el presidente en funciones y que pasa por abrir líneas de diálogo y negociación con posibles aliados durante la legislatura. Ciudadanos es un socio fiable. Incluso se le ha sugerido la posibilidad de entrar en el Ejecutivo, algo que ahora se antoja difícil de conseguir. El PNV sería la pieza clave para los presupuestos y otras iniciativas de perfil económico. Igual que los grupos canarios, tanto Coalición Canaria como Nueva Canarias, ambos con un diputado. Éste último está adscrito al grupo del PSOE pero con autonomía suficiente para modificar la orientación de su voto según las circunstancias. "De los presupuestos ya hablaremos", dijo Rajoy, "además tan sólo necesitamos la mitad más uno", añadió, casi dando por supuesto que no se tratará de una tarea excesivamente complicada.
“Una vez formado el Gobierno, el panorama es otro y cabe pensar que la actitud de algunos grupos también se modifique”, señalan estas fuentes. Fernando Maíllo, vicesecretario de los populares, recordaba este domingo que “España tiene unas urgencias que ha de acometer ya”, como son el marco presupuestario, remitir a Bruselas cuanto antes lo que será la senda del déficit o los presupuestos e las comunidades autónomas y los ayuntamientos. “España no se puede quedar parada desde el punto de la vista de la administración pública. Tenemos que seguir adjudicando obras y haciendo convocatoria de empleo público”, señaló. Este es el trabajo que sigilosamente se está desplegando desde Génova. Dolores Cospedal lleva a cabo una labor silenciosa y prudente.
Terceras elecciones
Apenas se habla ya de terceras elecciones. El PSOE parece decidido a dar el paso hacia la abstención en la investidura de Rajoy. Los problemas no habrán terminado. Un gobierno en minoría necesitará aliados circunstanciales para sacar adelante sus iniciativas. Carece ahora mismo de más garantías que Ciudadanos. El PNV podría ser ese respaldo en algunos asuntos. Los presupuestos pondrán a prueba la voluntad de los nacionalistas vascos para evitar que el gobierno que surja de la próxima investidura, caso de que se concrete, sea un Ejecutivo ‘de cinco minutos’, débil, maniatado y sin apenas posibilidad de gestión. Los nacionalistas vascos también tienen asuntos pendientes que ha de aprobar el Gobierno central. “A Nadie le interesa estar otro año paralizados y volver a elecciones. El diálogo es posible. Veremos si también lo son los acuerdos”, mencionan estas fuentes.
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