La ponencia política del PP acepta la posibilidad de que el voto del militante tenga más capacidad de decisión a la hora de elegir a los candidatos. Fernando Maillo, que dirige la ponencia, ha aceptado limar algunas de las condiciones de la 'segunda vuelta.
El texto oficial reclamaba que, para ser proclamado directamente, esto sin, sin pasar a la ronda en la que deciden los compromisarios, necesitaba varias condiciones, como conseguir el 50 por ciento de los votos, reunir el respaldo del 60 por ciento de las Circunscripciones y superar en más del 15 por ciento al segundo más votado. Esta tercera condición desaparece, tal y como reclamaban algunas enmiendas, por lo que será ahora más fácil que un candidato respaldado por las bases puede convertirse en candidato sin necesidad de pasar a la segunda vuelta.
Sepultadas las primarias
Ingeniería electoral en los nuevos estatutos del PP. Un encaje de bolillos para permitir que algunas de las enmiendas presentadas vean la luz en la ponencia más importante. Sepultada la posibilidad de las primarias, que inicialmente defendía Cristina Cifuentes, el aparato de Génova admite suavizar algunas de las condiciones de su fórmula de la 'segunda vuelta', lo que potencia, siquiera mínimamente, el poder del voto de la militancia.
También se reduce el peso de las circunscripciones, de acuerdo con fuentes del partido, que pasa de la necesidad de recibir el respaldo en un 60 por ciento a prácticamente la mitad, con lo que facilita también la proclamación automática de un candidato sin necesidad de la segunda vuelta. Son gestos menores que suavizan la imagen del 'rodillo' oficial y que han sido recibidos con agrado por el grupo de disidentes que se ha batido el cobre a la largo de la primera jornada del Congreso del PP.
La limitación de mandatos es asunto que no ha recibido enmiendas den el suficiente respaldo para ser debatidas en la comisión de la ponencia. Finalmente los debates han ofrecido más resultados de los inicialmente previstos. El voto de la militancia tendrá más posibilidades y Cospedal ha estado a punto de perder sus opciones para renovar su mandato. Algo bulle en las bases del partido, como se ha advertido en un Congreso en el que parecía todo demasiado bien atado. No ha habido grandes sorpresas, pero sí algunos 'sustos'.
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