Política

El PP templa sus expectativas en el País Vasco y prevé un varapalo del PSE por la fuga de votos a Bildu y PNV

El objetivo de Javier de Andrés (PP) será disputar de tú a tú con Eneko Andueza (PSE) la tercera plaza. "El PNV no dice 'no' a Bildu", subrayan fuentes del PP vasco.

La mayoría absoluta de Alfonso Rueda en Galicia ha enfrascado al PP en un vergel de reflexiones sobre cómo gestionar expectativas. Génova quiere aprovechar una posición ventajosa, evitar errores no forzados y salidas de pista para ensanchar su electorado en una legislatura que, recién arrancada, supura inestabilidad. La victoria del domingo ha sido un espá en el que Alberto Núñez Feijóo se ha relajado unos días. La tensión fue máxima durante la campaña. Se temió lo peor. Un miembro del clan gallego que pilota el partido reconocía este martes que llevaba días sin tiempo para comprar champú. Sin embargo, tras el bálsamo, se abre un calendario electoral con citas autonómicas mucho menos optimistas que la gallega.

¿En el horizonte? Elecciones aún sin fechar en el País Vasco y Cataluña y el duelo mano a mano con el PSOE en las europeas del 9 de junio. Las vascas, previstas para la primavera, previsiblemente para el 21 de abril, serán las primeras. El diputado Javier de Andrés será el caballo de Feijóo para un territorio convertido en comanche en los últimos 15 años. No obstante, como ha podido conocer Vozpópuli tanto por fuentes nacionales como autonómicas, en el partido quieren imprimir cautela en el discurso. Evitar las quinielas con IVA que se traduzcan en decepción.

"En Galicia ha habido un efecto a la inversa de lo sucedido el 23-J", analiza una fuente parlamentaria popular, "ante la amenaza de un pacto BNG/PSdG, la derecha se ha movilizado". Nada tienen que ver uno y otro escenario. En este, el PP tratará de convencer a los desencantados con el PNV cuya principal preocupación sea la "situación económica" de la región.

Fuentes del PP vasco se ciñen a las encuestas publicadas que, como la de Hamalgama Métrica para este periódico, y aún sin contar el posible viento de cola del resultado en Galicia, mejoran en tres o cuatro escaños el resultado de abril de 2020. O lo que es lo mismo, sacar en torno al 10% de los votos y 9-10 diputados. Hace cuatro años, la candidatura pactada con Ciudadanos y liderada por Carlos Iturgaiz apenas cosechó un 60.650 votos (un 6,77% del escrutinio) y seis escaños, uno de ellos, naranja.

"El PNV no dice 'no' a Bildu"

También deslizan en el PP que el ideario de Feijóo conecta mejor con las particularidades identitarias de estas comunidades autónomas que hace cuatro años. Lugares donde el PSOE, a diferencia de hace dos décadas, ya no es alternativa de gobierno. "De las cuatro nacionalidades históricas que hay en España [Andalucía, Galicia, País Vasco y Cataluña], nosotros gobernamos dos; y el PSOE, cero", recuerdan fuentes cercanas al líder del PP. "Hubo un momento, entre 2005 y 2009, que gobernaban tres", siguen en referencia a Manuel Chaves (Andalucía), Emilio Pérez Touriño (Galicia) y Pasquall Maragall y José Montilla (Cataluña).

Una vez templado el mensaje, el objetivo del PP en su horquilla más alta es empatar en apoyos al PSE, un partido con un enorme poder territorial –gobierna junto al PNV las Juntas Generales de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa– que hace cuatro años sacó 10 diputados y dobló en votos a Iturgaiz. Y es que en el PP confían que las alianzas de Pedro Sánchez vuelvan a carcomer su electorado como sucedió en Galicia, esta vez, a ambos flancos ideológicos. Es decir, el PP confía en una fuga de votos socialistas hacia Bildu y el PNV.

La tesis mayoritaria del partido la verbalizó este martes el presidente aragonés, Jorge Azcón, antes del Comité Ejecutivo Nacional: que "Sánchez haya asumido los postulados de los independentistas" empuja a la gente a votar "esos partidos" y no al PSOE.

Unidos ambos factores, la posibilidad de quedar terceros, que De Andrés supere en escaños a Eneko Andueza en las elecciones, es un escenario que el PP considera alcanzable. Será una de las tramas en unos comicios cuyo principal dilema, de cumplirse el escenario demoscópico actual, será si el PSE estaría dispuesto a investir lehendakari a alguien de Bildu y si Sánchez sería capaz de aguantar las réplicas en Madrid, sostener un equilibrio imposible.

En el PP, mientras, ponen sobre la mesa otra posibilidad: la de un gambito de dama del presidente del PNV, Andoni Ortuzar, que deje al PSE fuera de la ecuación. Así lo subrayan las fuentes del PP vasco consultadas por este periódico: "El PNV no dice 'no' a Bildu".

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