“Amenazas y presiones”, denuncia José Luís Bayo, precandidato a la presidencia del PP valenciano en competencia con Isabel Bonig, la representante del aparato. Bayo apenas tiene posibilidades. Logró 203 avales. Bonig, más de siete mil. Bala. Duelo desigual. Bayo ha asegurado que en las últimas horas, algunos miembros del comité organizador del congreso regional del partido le han amenazado, a través de su esposa. No ha dado nombres.
Tomás Medina lo tiene más complicado. Se enfrenta a Dolores Cospedal a la presidencia de la formación en Castilla la Mancha. Medina no solo ha denunciado presiones sino que incluso se ha difundido un audio en el que la diputada nacional por Ciudad Real, Carmen Quintanilla, le presionaba para que abandone. “La ministra es Cospedal, es un perro ladrador contra un oso y el oso devora al perrillo ladrador”, se escucha en la cinta. Una comunicado de la secretaria general del PP deja claro que nada tiene que ver en este asunto.
Los congresos regionales del PP se calientan. Fernando Maíllo, coordinador general de partido, reclamó que, pase lo que pase, es imprescindible mantener la unidad. “Hay que conseguir la integración de los candidatos antes o después de las urnas”, advirtió. “Que se presenten varios candidatos, no es un drama, es democracia”, concluyó.
Estreno de primarias
El Congreso Nacional del PP aprobó el sistema de primarias para la elección de presidentes regionales a partir del fin de semana del 28 de marzo. Las fases previas están resultando algo más ‘calientes’ de lo previsto, en especial en algunas comunidades, donde los candidatos del aparato van a enfrentarse a los aspirantes críticos, que han hecho oídos sordos a las sugerencias de integrarse en las candidaturas oficialistas que se les ha enviado desde la cúpula nacional.
Maíllo, reconoció el lunes que la lógica invita a pensar que, allí donde se celebren las primarias ‘puras’, muchos de los postulantes del cambio sucumbirán en la primera vuelta y sus listas no lograrán llegar ‘vivas’ a la votación definitiva. Con el cincuenta por ciento de los votos o un 15 por ciento más que el segundo clasificado, el candidato más apoyado resultará proclamado de forma automática. El aspirante caerá así, derrotado, en la primera vuelta, en la que participan todos los militantes con las cuotas en orden de pago y que se hayan inscrito para poder votar.
El diez por ciento de los afiliados
El sistema elegido favorece a los nombres del aparato, ya que controlan a la mayoría de los cargos orgánicos que se volverán en las urnas. En Madrid, por ejemplo, donde Cifuentes ha optado por el sistema de primarias, se han registrado finalmente 11.000 afiliados, un número ínfimo con relación al censo oficial que se sitúa en torno a los cien mil. Tres mil de los inscritos son cargos del partido o gente de confianza de la dirección. El resto, forma parte de las bases que se han animado en las últimas horas a formalizar el trámite burocrático para poder acudir a las urnas.
Luis Asúa, quien se presenta como rival de Cifuentes, ha pugnado hasta lo indecible para animar la participación. Al menos ha logrado que se supere la barrera de los diez mil, una cifra que le permite mantener la esperanza de superar el listón que le permita pasar a la fase decisiva. Tiene pocas probabilidades, como ocurrirá en otras circunscripciones, donde quienes retan al aparato se quedarán a medio camino.
En algunas organizaciones regionales se escuchan desde hace días las disputas entre candidatos por hacerse con el control del partido. La fórmula de primarias han animado a la presentación de candidaturas en demarcaciones donde no se esperaba demasiada competencia. Baleares, Canarias, Cantabria, Asturias son las regiones donde se centran las principales dudas. Se han presentado dos, tres y hasta cuatro precandidatos.
En algunos casos no está tan caro que el aspirante crítico vaya a caer en la primera vuelta. Incluso es posible que pueda ganar. Las sorpresas, en cualquier caso, serán mínimas. Génova cree que lo mejor para el partido es que, ocurra lo que ocurra, se mantenga la unidad. País Vasco, Rioja, Andalucía, Cataluña, aparecen como ejemplos. “Los congresos tienen que pensar en el futuro. Hay que elegir a los mejores porque quienes la fórmula va a perdurar en el tiempo. Los problemas de un partido no pueden serlo del país”, sentenció Maíllo. El coordinador general intenta apagar fuegos, ahormar candidaturas de unidad, buscar acuerdos. No lo logrará en todos los congresos. En algunos incluso parece que saltarán chispas.
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