Mariano Rajoy prefería a Susana Díaz pero no contaba con el PSOE. El triunfo de Pedro Sánchez no altera los planea del presidente del Gobierno. Es consciente de que el socialismo emergido de las primarias, cualquiera que hubiera sido el ganador, no iba a colaborar en sacar adelante la legislatura. Ahora será todo más arduo, más difícil y más radical.
El Comité Ejecutivo del PP se manifestará oficialmente este lunes sobre el resultado de las primarias del PSOE. No caben esperar mayor novedades que las que el propio Rajoy ha venido exponiendo estas últimas fechas. Confianza en la sensatez y responsabilidad del primer partido de la oposición. Poco más que decir en el plano formal, ya que los populares han tenido como norma el no inmiscuírse en la elección interna de los socialistas.
Rajoy siguió con atención el partido del Real Madrid, que se proclamó campeón de la Liga, mientras en Ferraz se llevaba a cabo el escrutinio de los resultados de las primarias. No se preveía más pronunciamiento oficial que el que emita la cúpula de la formación tras la reunión de la Ejecutiva. En Génova se adivina ya que el "no es no" volverá a adueñarse del mensaje socialista, sin resquicio alguno para la colaboración o el consenso. "Será malo para España y muy palo para el PSOE, ellos sabrán", mencionan fuentes del partido. "Con ese discurso, Sánchez ya ha perdido dos generales".
El sendero más peligroso
Rajoy tiene la tranquilidad que le otorga el estar a punto de sacar adelante sus presupuestos con el respaldo de Ciudadanos, PNV y los nacionalistas canarios. Esto le facilitará abordar las cuentas públicas del año príximo con menos tensión. Si no hay posibilidad de acuerdos, se irá a la prórroga presupuestaria e, inevitablemente, a un adelanto de las generales a 2019. Este es el calendario que se ha venido manejando en Moncloa durante los últimos meses, a la espera de lograr un entendimiento más prolongado con los nacionalistas vascos, que, junto con Albert Rivera, pueden convertirse en el respaldo necesario para lo que quede de legislatura.
En el PP no se contempla la posibilidad de que Sánchez se adentre en territorios peligrosos, en forma de una moción de censura junto a Podemos y los secesionistas. "Seria el final del PSOE, al estilo de lo que ha ocurrido con los socialdemócratas en Reino Unido o en Francia", explican. "Sánchez es impredecible y todo puede ocurrir. Incluso el que se oriente hacia el sendero más arriesgado, una especie de suicidio", añaden.
Rajoy y Sanchez no se soportan. El presidente del Gobierno mantiene una relación razonable con Susana Díaz. Con Sánchez no se entiende, en especial desde aquel 'indecente' que el entonces candidato socialista le lanzó en el debate electoral. Cree que no es de fiar, que carece de principios sólidos, que no tiene una idea razonable de lo que es España y que sólo se guía por su interés personal. El diálogo con el PSOE será, a partir de ahora, más enrevesado. Seguramente, imposible.
Buena noticia para el PP es el delicado papel en el que queda Susana Díaz en Andalucía, donde su triunfo ha sido menos arrasador de lo que se preveía y donde su imagen queda dañada. Juan Manuel Moreno Bonilla seguramente habrá recibido el resultado de las urnas con mayor júbilo que muchos socialistas. Los populares andaluces empiezan a ver un resquicio para abordar y conseguir la presidencia de la región. Una 'lideresa' en declive es una excelente noticia para sus propósitos.
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