A Carles Puigdemont y a los cinco exconsejeros de la Generalitat que le han acompañado en su huida a Bélgica no les va a ser tan sencillo obtener la concesión de asilo. Así lo dejó claro ayer el comisario general belga para los refugiados y los apátridas, Dirk Van den Bulcke, quien explicó que para que su país conceda asilo a otro ciudadano europeo, deben existir "señales serias de persecución" o de que cada afectado "corre un riesgo real de daños serios" en el país de origen.
"Debe haber señales serias de persecución pero, incluso en el caso de la persecución, (debe haber) una imposibilidad de obtener protección en el país", insitió Van den Bulcke en declaraciones recogidas por la cadena de televisión RTL.
No es casualidad, por tanto, que en lo que va de 2017 un total de 40 europeos hayan visto rechazada su solicitud, según aseguraron anoche fuentes gubernamentales españolas a Vozpópuli. El peticionario tiene que presentar su solicitud en la Oficina de Extranjería. Esta oficina remite la solicitud al Comisariado General para Refugiados y Apátridas (CGRS), que dispone de cinco días para tomar una decisión contra la que no cabe recurso en caso de rechazo.
Esa institución, insisten las mismas fuentes, suele desestimar la solicitud "si no queda claro en la declaración del solicitante que él o ella tiene un miedo fundado a la persecución o corre un riesgo real de daños serios". En los últimos diez años, minorías gitanas residentes en Eslovaquia y Rumanía han recurrido a ese procedimiento pero no obtuvieron respuesta positiva.
El asunto del asilo a Carles Puigdemont y sus consejeros ha generado incluso fricciones dentro del Gobierno belga, entre el ministro de Inmigración y el primer ministro
La posibilidad de que Bélgica conceda asilo a los seis políticos catalanes fue puesta en primer plano hace 48 horas por el ministro responsable de Inmigración, el nacionalista flamenco Theo Francken, quien señaló este domingo que su país podría conceder asilo político al cesado presidente de la Generalitat. "No es algo irreal dada la situación actual", declaró a la cadena privada VTM. "Viendo la represión de Madrid (en el referéndum ilegal del 1-0) y las penas de prisión a las que se enfrenta, uno puede preguntarse si aún es posible un juicio justo", insistió.
Solo unas horas después, el primer ministro belga, el liberal francófono Charles Michel, se desmarcó de Francken y le pidió que "no eche leña al fuego". Michel dejó claro que la posibilidad de que Puigdemont reciba protección diplomática en su país "no está en la agenda".
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