Quienes han tenido oportunidad de hablar en los últimos días con Susana Díaz comentan que es plenamente consciente de haberse equivocado en los tiempos para el anuncio de su candidatura, dejando que ganen terreno Pedro Sánchez, sobre todo, y Patxi López. “Nunca lo reconocerá en público, pero si ahora ella pudiera elegir, a buen seguro que no competiría en las primarias” asegura una persona de su entorno, ciertamente asombrada por el “impacto visual” de las últimas salidas de Sánchez a escena.
"El problema es Pedro, no Susana", suele afirmar en privado Patxi López en su carrera hacia las primarias de mayo
Este asombro es compartido también por el exlendakari. De hecho, López ha confiado a personas de su confianza que “el problema es Pedro, no Susana”, ya que hoy por hoy, cuando todavía siguen sin convocarse formalmente las primarias, da más posibilidades de éxito al primero que a la presidenta andaluza.
La mayoría de los barones culpan de esta percepción, que en buena medida comparten, a la excesiva prudencia con la que Díaz ha administrado los tiempos, aunque reconocen que ella es la que más se juega en este envite pues pone en juego no solo el control del partido en Andalucía sino, lo que es todavía mucho más importante, el Gobierno de la Junta.
Hay quien culpa de su retraso en dar el salto adelante a Máximo Díaz Cano, antigua mano derecha de José Bono en Castilla-La Mancha y desde hace años el brazo derecho de Díaz en Andalucía. Otros destacados miembros del PSOE responsabilizan, sin embargo, a José Luis Rodríguez Zapatero, pues el expresidente ha sido uno de sus más estrechos asesores desde que ambos observaron en 2014 que Pedro Sánchez quería volar solo y no obedecía a sus consignas. Otras fuentes creen que el problema procede de ella misma y de su inseguridad, pues desde el principio aspiró a auparse a la secretaría general del partido sin tener que disputar con nadie el puesto en un congreso que hubiera deseado fuera de aclamación.
En la gestora no se ven resquicios para que la presidenta andaluza pueda dar marcha atrás y no compita por la secretaría general
Quienes están al tanto de los trabajos de la gestora que preside Javier Fernández, no ven apenas resquicios para que la presidenta andaluza pueda dar marcha atrás, pues sería tanto como dar la espalda a los barones regionales, expresidentes del Gobierno, empresarios, financieros y medios de comunicación que han dado la cara por ella desde que se organizó la operación para defenestrar a Sánchez del liderazgo del partido. “Ahora no tiene más remedio que apechugar con sus aciertos y errores porque si ella se retira de la competición, el panorama sería todavía más negro”, refieren estas mismas fuentes.
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