Política

Los profesores de infantil denuncian que una de cada cuatro familias no se implica en la educación de sus hijos

El 55% de la comunidad educativa piensa que el compromiso en la primera etapa es también bajo o muy bajo por parte de las administraciones públicas

El 25,5% de las familias españolas tiene una implicación "muy baja" en el proceso educativo de sus hijos durante sus primeros seis años de vida, según los profesores de educación infantil.

Es decir, una de cada cuatro familias no se implica en la educación de sus hijos, de acuerdo al VI Estudio de Opinión sobre la Educación Infantil en España elaborado por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) correspondiente a 2018.
 
Aunque la ley menciona explícitamente que la educación infantil tiene como principal finalidad contribuir al desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de niñas y niños en estrecha cooperación con las familias, la mayoría de docentes de esta etapa considera que es baja o muy baja. Tampoco salen bien paradas las administraciones públicas.

Varía según los ciclos. Según los educadores, cuando el niño acude a una guardería los padres se involucran más debido a las necesidades asistenciales de los niños. Sin embargo, los participantes en el estudio creen que, a medida que el niño o la niña va adquiriendo autonomía, la implicación de de las familias es menor.

"Los padres delegan en el centro determinadas tareas y responsabilidades que les competen a ellos"

"Parece que los padres colaboran con lo asistencial, pero lo educativo lo delegan en el maestro", señalan los docentes. Se critica la falta de trabajo en equipo. "Los padres delegan en el centro determinadas tareas y responsabilidades que les competen a ellos", opina otro de los educadores encuestados. Según el informe, entre las causas que suelen enfrentar a familias y maestros destacan los horarios.

"Los maestros reclaman unos horarios adaptados a la labor educativa mientras que perciben que las familias demandan una mayor amplitud y flexibilidad por sus circunstancias laborales y sociales. Se habla de conciliación y de horarios 'adaptados a los padres' pero no a los niños", denuncian los profesores.

El problema de los horarios

En cuanto a la percepción del compromiso y la voluntad política con la etapa infantil en España, el análisis arroja resultados dispares entre el primer (0-3 años) y el segundo ciclo (3-6 años).

El 55% de la comunidad educativa piensa que el compromiso en la primera etapa es también bajo o muy bajo por parte de las administraciones públicas. Sin embargo, en la etapa de tres a seis años, el 50% de los encuestados considera que la implicación política es alta, frente al 22% que la ven baja.

El informe señala que el 76% de los educadores infantiles considera que el número de alumnos por aula (ratio) del primer ciclo no es el adecuado, mientras que el porcentaje desciende al 56% cuando se trata de valorar el segundo ciclo.

La conciliación en España

De acuerdo a otro estudio reciente elaborado a nivel europeo por Sitly, una plataforma internacional que pone en contacto a familias con cuidadores infantiles, nueve de cada diez mujeres trabajadoras en España encuentran dificultades para compaginar su vida laboral y familiar. De hecho, un 44% piensa que es casi imposible conseguirlo.

"Las españolas son las madres europeas que más sufren para combinar ambas facetas en su día a día, ya que en nuestro país, la falta de conciliación y el sentimiento de culpa van además de la mano", resalta el informe. En el caso de las italianas, un 23% piensa también que es casi imposible conciliar.

Mientras tanto, en Finlandia el 35% de las madres considera que es fácil compaginar el trabajo con su vida familiar, un 81% de las suizas y las belgas creen que aunque se presentan dificultades, la conciliación es posible. Las diferencias con los países del norte de Europa, que cuentan con más medidas de conciliación, son claras.

España también es líder en sentirse culpable. Un 75% de las encuestadas se sienten culpables por no pasar más tiempo con sus hijos. El estrés es parte de su día a día, haciendo auténticos malabarismos para compaginar sus horarios de trabajo con su vida familiar.

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