Un grupo de plataformas integradas por profesores catalanes que defienden el uso del castellano en las aulas ha lanzado una iniciativa para recoger firmas y pedir al ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, que el castellano también se pueda elegir como lengua vehicular en la enseñanza en Cataluña. Al igual que el catalán. El Gobierno lanzó la piedra -aunque en la oposición hay quienes insinúan que se trata de un "globo sonda"- y ahora los reclamos llegan mediante una petición a través del portal Change.org que ha logrado cautivar a cerca de 30.000 firmantes en dos semanas.
Si no pone la casilla del castellano, en las próximas elecciones el PP lo pagará muy caro"
Detrás de la iniciativa se encuentran la asociación de profesores por el Bilinguismo (APB), la asociación por la Tolerancia (AT) y el sindicato independiente Acción para la Mejora de la Enseñanza Secundaria (AMES), mismas plataformas que se encargaron de divulgar las denuncias de los casos de adoctrinamiento político en la escuela catalana desde que se intensificase el desafío independentista. "Se pidió al ministro de educación y consejero de enseñanza de Cataluña el 2 de febrero. Si no la pone, en las próximas elecciones el PP lo pagará muy caro", advierte Antonio Jimeno, defensor del establecimiento de pruebas externas con valor académico al final de la ESO al frente del sindicato AMES.
"Es indiscutible que la forma más adecuada para enseñar a un niño es utilizando su lengua materna, ya que ello favorece la comprensión y la expresión (UNESCO 1953). Está demostrado que los niños aprenden a leer de forma más rápida, cuando adquieren sus conocimientos iniciales en su lengua materna. Además, aprenden un segundo idioma con mayor rapidez que los alumnos que han aprendido a leer utilizando un idioma que no les es familiar (UNICEF 1999)", parte el escrito.
Exclusión del castellano
Según los promotores, dado que en Cataluña el castellano ha sido excluido de la enseñanza como lengua vehicular, los alumnos castellanohablantes se encuentran con más dificultades para aprender que sus compañeros catalanohablantes, ya que a la dificultad de aprender, dicen, se le suma la dificultad de tener que hacerlo en otra lengua. "Y lo peor es que hay bastantes niños que no pueden superar esta dificultad, por lo que su capacidad de expresión y su capacidad de aprender quedan disminuidas. Una prueba de ello es el resultados de nuestros alumnos en la pruebas PISA", consideran.
Y agregan que en ellas se ve que "el porcentaje de los alumnos castellanohablantes que no han llegado al nivel mínimo, es el doble que el de los catalanohablantes", algo que confirmaría, según este grupo de docentes y particulares, que el sistema de la inmersión lingüística en una sociedad bilingüe, no es un factor de cohesión social sino todo lo contrario: "genera fractura social, al perjudicar a aquellos que no pueden aprender a leer en su lengua materna".
PISA en Cataluña
Los autores de la iniciativa manifiestan además su lamento ante quienes defienden el sistema de inmersión lingüística porque "no quieren reconocer esta realidad". "Se empecinan en defender que con sólo dos horas semanales de castellano en Primaria y tres horas en Secundaria, el nivel de nuestros alumnos es superior a la media de España, en la que todas las clases, menos el inglés, se dan en castellano", apuntan. Para ello, continúan, unas veces ocultan que las pruebas PISA en Cataluña se hacen en catalán, y otras veces ocultan que, en las pocas pruebas que ha pasado el Ministerio, los alumnos catalanes sólo obtuvieron resultados aceptables de castellano en comprensión lectora, no en los aspectos cultos de la lengua como ortografía, sintaxis y literatura.
"Para mejorar esta situación nos gustaría que en Cataluña los alumnos fueran escolarizados inicialmente en su lengua materna, sea el catalán, sea el castellano, y que progresivamente se fuera incorporando la otra lengua, para que, al final de la enseñanza obligatoria, todos los alumnos que viven en Cataluña supieran catalán y castellano", piden. Y a continuación recuerdan que la ley de educación "nos permite pedir que exista una opción lingüística para todos los alumnos que la pidan, en la que el castellano, junto con el catalán, sea lengua vehicular en una proporción razonable. Este mínimo es lo que aquí pedimos", insisten.
Pacto de porcentajes
Por su parte, el ministro de Educación, ha adelantado que la idea del Ejecutivo pasa por pactar un único modelo para que todas las comunidades que tienen dos lenguas cooficiales las incluyan como vehiculares en sus sistemas educativos. "Para todos aquellos territorios que tengan lenguas cooficiales, lo bueno sería llegar a un acuerdo de cómo las dos lenguas cooficiales conjuntamente son lenguas vehiculares y pactar entre todos cuáles son los porcentajes en que deba darse una y otra, dejando también un margen a los centros en su programación", ha aclarado este miércoles en la Cadena Cope.
Por otro lado, el portavoz del Gobierno ha sostenido que los centros educativos tendrán un margen para repartir el uso de las lenguas en su programación. "También hay que dejar a los centros escolares que lo hagan, pero evidentemente tiene que haber más asignaturas en castellano, el Tribunal Constitucional ha hablado de al menos un 25%", ha reiterado.
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