“Nos tienen confinados sin saber quién está en el comité técnico que nos tiene cerrados, con un ministro de Sanidad que es un filósofo… Queremos transparencia y por qué no decirlo claramente: estamos en contra del Gobierno del PSOE y del perroflauta del coleta”. Paz Queje, de 64 años, es una vecina de la calle de Núñez de Balboa de Madrid, en la esquina con la calle Ayala. Ha acudido este martes en el tercer día de protesta y cacerolada contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Con banderas y mascarillas, esta es la primera manifestación de la época del coronavirus.
Esta vecina estuvo desde el primer día. Este martes, bajo una intensa lluvia, ella y otros han decidido resistir e insistir. La calle Núñez de Balboa (distrito de Salamanca) es una de las zonas más adineradas de la capital. Pero los residentes desafían el confinamiento en una protesta callejera que ha obligado a la policía a acudir, aunque no ha intervenido. Su grito es el mismo desde el domingo: “Sánchez dimisión” y “libertad”.
“No es una manifestación, es una concentración de protesta. Pero todos cumplimos las reglas: estamos a distancia de seguridad y con mascarillas”, comentan Carmen e Isabel, de 58 años. Las dos exigen la “dimisión del Gobierno y nuevas elecciones”. “Nos tienen recluidos en los pisos y nos cortan derechos”, se quejan refiriéndose a la situación de estado de alarma que Sánchez mantiene a pesar de haber activado la reactivación de la economía, con aperturas parciales de las tiendas.
Según el relato de los vecinos, la mecha se encendió el pasado domingo cuando un grupo de jóvenes se había reunido debajo del portal de un amigo, sin intención de organizar una protesta callejera. La policía intervino y esto les hizo “activarse”, dicen los residentes.
"El Gobierno oculta los muertos y miente"
El lunes había entre 200 y 300 vecinos. Este martes el grupo resistía bajo la lluvia, aunque era menos numeroso. “El Gobierno oculta los muertos, Iglesias se salta el confinamiento y encima nos mienten. La gente de alguna manera tiene que expresar lo que piensa”, afirman Carmen e Isabel a la pregunta de si con el peligro de contagio actual por coronavirus es admisible una protesta de este tipo.
El grueso de los presentes lleva mascarilla, pero no todos. Mantener la distancia de más de dos metros es objetivamente difícil y se forman grupos de varias personas. Con la llegada de las cámaras de televisión y los fotógrafos esas distancias se reducen. Uno de los vecinos en la cacerolada pide orden: “¡Guardad las distancias!”. A su lado un grupo de jóvenes golpea los cubos de la basura. Con la cacerolada el ruido es ensordecedor.
“Esto es solo el comienzo, hay más concentraciones en Pinar de Chamartín, en Hortaleza…”, afirman los vecinos del barrio. “Después de estos dos meses, es la hora de salir”, recalcan. En calle desfilan las rojigualdas. Una chica lleva una en su espalda con el lema #Sánchezveteya.
Los vecinos hablan de "censura"
En la situación de alarma y en la fase 0 en la que se encuentra Madrid están prohibidas las reuniones de más de una persona. Cuando el domingo intervino la policía, pidieron a los participantes de esa congregación en teoría espontánea que se identificaran. “Nos pidieron el carnet por llevar una bandera, como si la gente fuera delincuente”, se queja una vecina que recuerda ese día. Los participantes creen que el Gobierno quiere “censurar” su protesta.
Este martes volvieron dos patrullas, pero se limitaron a observar y no intervinieron. Mientras, las cámaras de las televisiones entrevistaban a algunos vecinos. “Somos un movimiento de resistencia ciudadana”, recalcaba una entrevistada acompañada por su nieta no muy cómoda bajo la lluvia.
La protesta en la calle de Núñez de Balboa para algunos es el comienzo de un movimiento crítico contra el Gobierno de Sánchez y Pablo Iglesias. Algo parecido al estallido en el barrio de Gamonal, en Burgos, de 2014, que se convirtió en el epicentro de la protesta ciudadana contra la llamada vieja política. El efecto Gamonal para algunos fue el embrión de Podemos como organización política que se propuso como revulsivo ante las formaciones tradicionales PSOE y PP.
Este martes, el grupo de vecinos quiso dar una demostración de fuerza siguiendo su protesta bajo la lluvia. “Con el tiempo malo que hace hay mucha gente”, se oía desde debajo de los paraguas y en las esquinas cubiertas de los balcones. En uno de esos balcones una familia asistía a la concentración. “Han salido en directo en Tele5”, gritaba la hija dirigiéndose a otro balcón de la calle. “¡Viva España! Viva”. Aplausos, y todos a casa.
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