Política

El PSE no quiere a Pedro Sánchez en la campaña vasca para intentar reeditar un gobierno con el PNV

Los socialistas vascos quieren una campaña regional. No quieren que se cuele ni un solo mensaje en clave nacional pese a que el PP lo intentará. Bildu no se ve en la Lehendakaritza porque ve fuerte al PNV y a Ferraz siendo fieles al pacto con ellos

El PSOE ya tiene otra fecha marcada en rojo en el calendario: el 21 de abril. Ese domingo, los vascos votarán la composición del próximo parlamento autonómico. El lehendakari, Íñigo Urkullu, anunció este jueves la fecha, que casualmente coincide con el cumpleaños del candidato del PNV, Imanol Pradales. Y fuentes de la dirección socialista de Euskadi, en conversación con este diario, avisan a Ferraz de que no quieren que se cuele en la campaña ni un solo mensaje en clave nacional. El PSE-EE se juega mucho y, según las fuentes consultadas, intentará que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aparezca lo estrictamente necesario por allí durante la campaña.

Los socialistas vascos apuestan por una reedición del pacto con el PNV. Lo cierto es que hay alguna posibilidad, según los sondeos internos de Bildu, de que la izquierda abertzale supere a los nacionalistas. Pero esta sigue siendo una posibilidad remota. Los de Arnaldo Otegi, además, no ven al PSE-EE virando. Es cierto que ellos serán la llave del próximo equipo de Ajuria Enea, pero tanto Bildu como las fuentes socialistas consultadas explican que el candidato, Eneko Andueza, ha sido muy claro. Su plan no es darle el poder a Bildu.

"Veo [el escenario vasco] difícil. ¿A quien le das el gobierno? ¿Qué consecuencias tiene eso en el Congreso?, ¿Bildu quedará primero? Eso es importante", explica un barón autonómico del PSOE. Otro, zanja: "Creo que Eneko ha sido claro, por lo que veo". En el PSOE no están por la labor de volar los puentes en Madrid con el PNV. En Ferraz y en Moncloa son conscientes de que darle el gobierno vasco a Bildu, si hubiera posibilidad, implicaría demoler los puentes de entendimiento con el PNV, que no tendría incentivo alguno en seguir apoyando al Gobierno de Pedro Sánchez. Los peneuvistas podrían complicarle mucho la legislatura a la coalición de PSOE y Sumar.

La última campaña electoral, en Galicia, no le ha salido bien al PSOE. Y en algunos sectores del partido apuntan al papel de Sánchez. El presidente se volcó con José Ramón Besteiro. No solo cerró la campaña con dos actos seguidos, sino que movilizó al partido en torno al proyecto gallego y la figura del candidato. Cabe recordar que Sánchez organizó la última conferencia política del partido en La Coruña hace justo un mes. Pero la 'nacionalización' de la campaña no surtió efecto. Los gallegos se enfrentaron a una dicotomía entre el PP y el presidente y votaron hasta darle la mayoría absoluta, a los populares. Esas fueron las primeras elecciones tras la tramitación de la ley de amnistía. Y el resultado escoció en Ferraz.

El fantasma del nacionalismo

Fuentes de la planta noble socialista explican que en partido, en las elecciones autonómicas, no carbura. Y que solo la clave nacional puede movilizar a los suyos. Pero la victoria del PNV apenas se pone en entredicho. Es más, es probable, según fuentes de Bildu, que haya cierto voto del PP que se pueda ir al PNV precisamente para impedir que sea la izquierda abertzale la que pueda gobernar. Todos los partidos que concurren en las elecciones vascas se estrenan como candidatos. Y todos están poniendo en el centro del debate político cuestiones de gestión. Los socialistas vascos, explican, confrontarán con Bildu abiertamente, además. Intentarán que no ocurra lo mismo que en Galicia, donde el BNG robó mucho voto al PSdeG.

Las federaciones socialistas están inquietas, especialmente las de aquellas regiones con una identidad fuerte. Y todo porque la inclusión de los partidos independentistas y nacionalistas en la mayoría de la investidura está abriendo un gran hueco a estas formaciones en sus territorios que están aprovechando. El análisis de algunos dirigentes socialistas es que el voto dual les está matando. Es más, fuentes de la dirección asumen que son estos partidos los que están rentabilizando la acción del Ejecutivo central. El PSOE va a rastras de otras formaciones de izquierdas nacionalistas o regionalistas en Galicia, País Vasco, Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana.

El problema es que esa es una línea difícil, porque fuentes del oficialismo socialista apuntan que España tiene una realidad plurinacional que hay que atender y que eso implica tener un discurso regionalista, pegado al territorio. Y eso implica abrir huecos por el que se pueden colar los mensajes de los partidos regionalistas e independentistas. Estas fuentes, de hecho, ven esas voces críticas como un ejemplo más de posturas propias que obedecen a los intereses de sus territorios, donde también opera otro nacionalismo: el español.

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