El líder del PSM, Juan Lobato, atraviesa turbulencias. Según ha sabido Vozpópuli, en Moncloa recelan ya tanto del secretario regional autonómico que se le está buscando remplazo en el próximo congreso de la federación socialista más convulsa del país. Uno de los actores clave de las maniobras entre bambalinas es el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, quien está impulsando a Pilar Sánchez Acera, actual directora del gabinete del director de gabinete de Pedro Sánchez, Óscar López. Sánchez Acera, exdiputada socialista en la Asamblea de Madrid, aterrizó hace ahora un año en Moncloa.
En el parlamento regional desempeñó como representante socialista en dos etapas: entre 2007 y 2011 y entre 2015 y 2022. Además, fue concejala y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Alcobendas. En la dirección del PSOE de Madrid, encabezada por Juan Lobato, ejerce como secretaria de política institucional. Sánchez Acera ya compitió, en 2012, por el liderazgo regional del partido contra Tomás Gómez y perdió. Desde entonces se la considera como uno de los rostros del 'rubalcabismo' en la Comunidad de Madrid.
Y es que el exministro y ex secretario general socialista mantuvo una tensa relación con el exalcalde de Parla, también enemigo acérrimo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sánchez Acera se introdujo en la política a través de las Juventudes Socialistas, desde donde dio el salto a Alcobendas, el viejo feudo socialista en la Comunidad de Madrid. Desde allí empezó a llamar la atención de los dirigentes del partido, que decidieron trasladarla a la primera línea capitalina como diputada regional.
Los problemas de Lobato con Moncloa
Como ya contó este diario, altos cargos del partido a nivel regional están presionando a Moncloa para que controle a Lobato, quien no lleva ni tres años a los mandos de la sucursal más revoltosa del PSOE. Pero en este tiempo ya está comprobando cómo se las gastan sus compañeros. Para entender lo que comienza a pasar en el PSM hay que tener en cuenta que Lobato, un político de 39 años y con proyección, no está dispuesto a ser un mero lacayo de Ferraz.
El exalcalde de Soto del Real quiere tener "estilo propio", según cuentan fuentes de su más estricta confianza. El plan de Lobato, dice él mismo, es un plan para Madrid; de consensos y de izquierdas, pero con "sentido común", lejos del insulto. El problema es que al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán -el fontanero de Pedro Sánchez- no le gustaron dos de las últimas entrevistas que concedió Lobato. En ambas se desmarcó de las loas a la amnistía que se escriben en los argumentarios de Ferraz. En plata: el líder de los socialistas madrileños tuvo demasiado "estilo propio".
Los fieles al líder de los socialistas madrileños sitúan a tres personas molestas por haber perdido influencia y que estarían moviendo el avispero madrileño. Una de ellas sería el exsenador José Cepeda, afín al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ambos de la agrupación madrileña de La Latina -una de las más importantes a nivel orgánico-. Algunas fuentes aseguran que el ministro, presionado, se habría visto obligado a frenar algunos movimientos contra Lobato a la espera de que sea el propio presidente quien decida el destino de su federación, que celebrará un nuevo congreso en dos años. Es decir, en los 6 meses siguientes al congreso federal, que será en otoño de 2025.
Los críticos: "Page gobierna, Lobato es tercero..."
Según estas fuentes, se trata de una colisión de intereses. Por un lado, están los que han perdido algún cargo y están molestos con Lobato. Y, por otro, hay recién llegados que quieren ganar más peso orgánico como, sostienen, la portavoz en el Ayuntamiento, Reyes Maroto. No obstante, el entorno del ministro, en conversación con este diario, le saca de la cocina interna del Partido Socialista de Madrid: "Ni ha frenado ni ha impulsado ningún movimiento. Lleva meses sin dedicar un segundo al PSM. El tiempo que dedica es a Ferraz. Le intentan meter unos y otros en cosas del PSM. Y a todos les dice que ni un segundo va a dedicar".
El equipo del Lobato asegura que sus discrepancias con la ejecutiva federal están pactadas con el secretario de organización, Santos Cerdán. Aunque sus críticos lo descartan. De hecho le ven desconectado de las cuestiones orgánicas, que "no le interesan", dicen, y del día a día de las agrupaciones. Es más, algunas de las más importantes echan en falta más contacto con él. Quienes recelan de Lobato le ven más bien pensando en una época en la que la legislatura termine y el PSOE se enfrente a una larga travesía en el desierto. Las fuentes consultadas vienen a decir que Lobato intenta ser como Emiliano García-Page. Pero le recuerdan que carece de su poder. No solo no gobierna, sino que es tercera fuerza en Madrid. Esta semana convocó al consejo de alcaldes para aplacar las iras.
La crisis del PSOE de Madrid se ha convertido algo perenne. El partido va camino de los 30 años fuera del Gobierno de la Comunidad y de la Alcaldía de la capital. Y no hay visos de que se pueda revertir la tendencia a corto plazo. La militancia está desmovilizada y el rechazo a la amnistía ha generado problemas a algunas agrupaciones, cuyos locales se ven habitualmente vandalizados con pintadas.
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