Se han visto cosas más raras en política. El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, quien junto a María Jesús Montero coordina el comité organizador del 41 Congreso Federal que se celebrará en Sevilla a finales de noviembre, puede ser uno de los cambios que ejecute el secretario general, Pedro Sánchez. Una parte del PSOE, según las fuentes consultadas en el partido, ve “insostenible” la situación de Cerdán y vaticina su caída. Fuentes de la ejecutiva del partido, no obstante, limitan los cambios que se producirán en la formación a alguna "vocalía". Pero insisten en que serán mínimos pese al runrún interno.
El año 2024 no ha sido el año de Cerdán. Desde la eclosión del caso Koldo, en febrero, todo han sido disgustos para el número tres del PSOE. Y, aunque el 'si' de Junts a la investidura de Sánchez fue un tanto, el boicot constante de los de Carles Puigdemont a las iniciativas del Gobierno en el Congreso no ayudan. El remate ha sido la orden dada al menos a una militante del partido -Leire Díaz Castro- de recopilar información sensible de periodistas y jueces para contraatacar las noticias y causas abiertas contra el entorno directo del presidente del Gobierno -su mujer y su hermano-.
El caso Koldo, que ha llevado al PSOE en su peor crisis desde que llegó al Gobierno en 2018, ha hecho que la figura de Santos Cerdán esté cada vez más entredicho. No solo porque fue él quien introdujo al exasistente de José Luis Ábalos y presunto cabecilla de una trama de comisiones ilegales por la venta de mascarillas durante la pandemia, al circuito de poder en Madrid, sino porque, opinan las fuentes consultadas, no ha manejado bien la crisis que ha terminado con la apertura de un expediente de expulsión al exministro de Transportes, que ahora pide su reincoporación por considerarlo caducado.
Cerdán (Milagro, Navarra, 1969) está estrechamente conectado a Koldo. El PSOE lo sabe y, por ello, recela de él. Las fuentes consultadas describen al sucesor de José Luis Ábalos como una persona "tranquila", estoica incluso, que casi nunca se pone nerviosa por mucho que fuera el mundo se esté cayendo. Cerdán no disfruta del foco mediático. No es dado a entablar con la prensa con la naturalidad o el desparpajo de otros compañeros suyos, como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y delega toda la comunicación en el aparato de propaganda de Ferraz. Quienes han negociado con él comentan que "es de fiar" y "no se va por las ramas". "Es directo y discreto", zanjan.
Quizá por esas cualidades, este técnico de mantenimiento e industrial se convirtió en el electricista socialista que enchufó al independentismo a la investidura del presidente del Gobierno. es uno de esos personajes que saben moverse entre bambalinas y mantenerse en el tiempo. El secretario de organización del PSOE es uno de los pocos supervivientes de la gran purga de Pedro Sánchez de verano de 2021 que todavía hoy tiene peso en el partido.
Cuando Sánchez fue defenestrado en el convulso comité federal del 1 de octubre de 2016, y el hoy presidente vaciló sobre si volver a presentarse con el 'no es no' a Mariano Rajoy por bandera, es cuando aparece Santos Cerdán. En ese momento, Sánchez comienza a estrechar lazos con el propio Ábalos, Adriana Lastra, Sofía Hernanz, Francisco Quico Toscano, Susana Sumelzo y Rafa Román.
El navarro, de hecho, fue uno de los pocos que gestionó el regreso de Sánchez en las primarias que ganó a Susana Díaz y a Patxi López. Él se encargó de los avales. Por aquella época, en el local de Marqués de Urquijo se citaban Carmen Calvo, Lastra, Paco Salazar, Cerdán y Juanma Serrano para elaborar la estrategia. Ahora, puede escribir una de sus últimas páginas. Todo depende del jefe, Pedro Sánchez.
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