El PSOE promoverá en el próximo pleno del Congreso (13 de diciembre) el rechazo de la Cámara a la reforma laboral de Mariano Rajoy. Dos días antes de que los sindicatos se manifiesten contra ella y, en general, contra toda la política laboral del Gobierno, los socialistas defenderán una proposición no de ley para instar al Ejecutivo a derogar la citada norma y “elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores”.
Fuentes parlamentarias consultadas por Vozpópuli confirman que la iniciativa forma parte del orden del día preliminar del pleno, en el que al grupo que preside Antonio Hernando le correspondía por cupo defender una PNL. Y han elegido esta, registrada en julio, con el claro objetivo de 'calentar' las protestas de UGT y Comisiones Obreras, convocadas para el jueves 15 y el domingo 18. Actos a los que el PSOE ya había dado su apoyo, como también Unidos Podemos. La semana comenzará y acabará, pues, con la izquierda denostando en el Parlamento y en la calle la medida estrella del Ejecutivo del PP.
El pacto alcanzado entre Rajoy y el principal partido de la oposición para subir el salario mínimo, aumentar las bases de cotización y fijar nuevos objetivos de déficit no marca el inicio de un hermanamiento estable. O al menos eso pretenden demostrar los socialistas, que seguirán utilizando cada pleno para impulsar mayorías contra las leyes bandera del Gobierno popular. Así, tras sacar adelante una proposición de ley para enterrar la LOMCE o promover el rechazo a la ley mordaza, ahora buscan la censura a la reforma laboral del PP. Desde el inicio de la legislatura, la oposición ha propinado varios reveses más al Gobierno: creación de una comisión de investigación sobre la gestión de Fernández Díaz, lanzamiento de la reforma de la Ley de Secretos Oficiales o inicio de los trámites para que el salario mínimo alcance en cuatro años los 950 euros al mes.
Los socialistas ya articularon en la Cámara sendas mayorías contra la LOMCE y la Ley de Seguridad Ciudadana
En la PNL que se debatirá el día 13, el PSOE pide “adoptar de forma inmediata las medidas necesarias para derogar la reforma laboral que el Partido Popular impuso en la X Legislatura, y abrir un proceso de diálogo” para alumbrar “un nuevo Estatuto de los Trabajadores que recupere su naturaleza originaria de carta de garantía de los derechos laborales”. No tienen fácil que salga adelante, porque aunque Unidos Podemos, ERC, Compromís y EH Bildu ofrezcan su ’sí’ se encontrarán con 167 votos a favor, por los 169 que suman PP y Ciudadanos.
El partido de Albert Rivera, socio de investidura de Rajoy, se muestra siempre reacio a apoyar medidas “destructivas”, que tengan por objeto solo rechazar determinada política en lugar de centrarse en una propuesta alternativa. No parece probable que vayan a hacer una excepción para colocarse junto al PSOE en materia laboral. Los nacionalistas catalanes, por su parte, votaron en 2012 a favor de la reforma laboral del PP. Así que los socialistas tendrán que buscar el apoyo de PNV y Coalición Canaria -que se opusieron y son críticos con aspectos nucleares de la medida- para que la PNL tenga opciones de ser aprobada.
Apoyo a las movilizaciones
“Nosotros seguiremos exigiendo en las próximas semanas que el Gobierno rectifique también respecto a la reforma laboral y derogue la reforma laboral”, anunció Antonio Hernando el jueves, al dar a conocer detalles de la negociación que mantenía con el Ejecutivo en relación al techo de gasto y los objetivos de déficit. “Vamos a apoyar las movilizaciones de los sindicatos”, insistió, a pesar del acercamiento en los temas antes señalados: “Esperemos que el Gobierno también se avenga a revisar todo esto”.
El PSOE trata de compaginar los entendimientos puntuales con Rajoy -imprescindibles para presumir de los ‘beneficios’ de su abstención en la investidura y para evitar un bloqueo que aboque a elecciones- con la oposición frontal a leyes bandera de la legislatura de la mayoría absoluta. En pocos frentes son tan combativos como en el de la reforma laboral, como demuestran en la exposición de motivos de su citada PNL. Se trata de una medida que, a su juicio, “tenía un único objetivo: eliminar cualquier obstáculo que interfiriera la desregulación absoluta del mercado laboral y poner las bases para la creación de empleos de baja calidad, por su duración, por el tipo de jornada, por el salario y por las condiciones laborales”. Consideran que ha arrojado un balance “desolador”: “menos empleo, más precariedad y explotación laboral, más paro y menos protección frente al desempleo”.
Al igual que los sindicatos, quieren que la negociación colectiva recupere la fuerza que tenía antes de 2012 y que se elimine la posibilidad de que la empresa pueda modificar unilateralmente las condiciones del trabajador. No pretenden, en cambio, revertir la reforma que desarrolló Zapatero en 2010 y que le valió una huelga general por abaratar el despido. Podemos, al igual que UGT y Comisiones Obreras, quieren también revertir ese punto, aunque ahora puedan ponerse parcialmente de acuerdo con el PSOE para centrarse en enmendar la política laboral del PP.
Iglesias dará un respaldo total a las movilizaciones de los sindicatos contra el Gobierno
Los de Pablo Iglesias darán un apoyo absoluto a las protestas del 15 y el 18, enviando una delegación de primer nivel que muy probablemente liderará el secretario general. Estas manifestaciones son un aspecto central de la estrategia de oposición que defiende Iglesias: compaginar la actividad parlamentaria con el respaldo a colectivos en lucha. “Cavar trincheras en la sociedad civil” lo ha denominado en más de una ocasión. En línea con ello, participó recientemente en las protestas de los trabajadores de telemárketing y de exempleados de Coca-Cola y dio su apoyo a quienes se concentraron ante el Congreso el día de la investidura de Rajoy.
Igualmente, han mostrado su respaldo a la idea de convocar una huelga general y han estrechado lazos con los sindicatos de clase, con quienes Iglesias se entrevistó hace unos días. UGT y CCOO han llevado a cabo una ronda de contactos con todas las fuerzas políticas para testar la situación ante del segundo mandato de Rajoy, incluyendo una entrevista con el presidente y con la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que sirvió para acreditar la distancia que los separa.
“Fue muy mal”, dijo Antonio Hernando el jueves, y por eso “al día siguiente anunciaron movilizaciones” en diciembre. Movilizaciones a las que el PSOE acudirá, dos días después de censurar la reforma laboral en el Congreso y probablemente también de avalar los objetivos de déficit pactados con el Gobierno. Ese pleno del día 13 podría abordar también ese trámite. Los socialistas no ven contradicción en ello, pues siguen apostando por navegar entre dos aguas: la de los acuerdos puntuales con un Ejecutivo débil y la del intento de demoler el grueso de su legado legislativo.
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