Los críticos del PSOE no están dispuestos a que la consulta a los militantes el sábado 23 de noviembre sirva solo para "ratificar" el preacuerdo de investidura con Podemos, como dice Pedro Sánchez en la carta que ha remitido a los 180.000 afiliados pidiendo su sí. Creen que es una "trampa" porque el pacto no sale sin la abstención de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
Ex dirigentes como el ex presidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, junto a cuadros y militantes de base de País Vasco, Andalucía, Castilla-La Mancha o Aragón, exigen a la Ejecutiva Federal que la pregunta literal que va a aprobar este lunes 18 incluya una "mención expresa" a la abstención de los independentistas catalanes y obligue así a todos los afiliados a pronunciarse, aseguran fuentes socialistas a Vozpópuli.
"Porque en aprobar esos tres folios que han firmado el presidente y Pablo Iglesias vamos a estar de acuerdo el 90%. De hecho ya hemos gobernado y gobernamos con Podemos en autonomías y ayuntamientos. La clave es otra. Se trata de saber si este partido está dispuesto a pagar precio al independentismo solo para que Sánchez siga en La Moncloa", asegura a este periódico uno de los consultados.
No les gusta nada el cariz que están tomando los acontecimientos. Creen que la carta de ERC a JxCat para reclamar "unidad de acción" independentista en la investidura mete al PSOE en una dinámica peligrosa cuando todavía no había digerido el enésimo cambio de postura del secretario general.
Sánchez "ha tocado techo"
Con matices, desde Felipe González hasta Ibarra, pasando por los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no son pocos los dirigentes socialistas que ven con mucha preocupación "dejar la gobernabilidad" en manos de un Oriol Junqueras encarcelado; y proponen que si finalmente los republicanos no apoyan la investidura el PSOE dé un giro e intente la abstención patriótica de Pablo Casado.
Y llegados a ese punto, alguno de ellos no descarta que Pedro Sánchez tenga que echarse a un lado y dejar paso a otro candidato socialista con tal de no llevar al país a terceras elecciones. "Cualquier cosa antes que eso, porque nos metería de lleno en una crisis constitucional de consecuencias imprevisibles para España", sostiene una de las fuentes consultadas.
La situación de hoy no es la de 2016, dicen. Entonces la gestora socialista que echó a Sánchez, y de la cual muchos formaron parte, lo hizo para facilitar la investidura de un Mariano Rajoy que había logrado 123 escaños en diciembre de 2015 y subido a 137 en las elecciones del 26 de junio, seis meses más tarde. En cambio, su sucesor en La Moncloa ha perdido este 10-N tres diputados y 750.000 votos, recalcan. "Ha tocado techo", sostiene un ex dirigente.
El PSC y La Moncloa sabían que ERC haría 'teatro' pero la carta al partido de Torra y Puigdemont, que están en el no a la investidura, ha desatado todas las alarmas
El PSOE acudió a la primera reunión entre Gabriel Rufián y Adriana Lastra, este jueves, con la idea de que los republicanos no anunciarían su apoyo a las primeras de cambio. Desde el PSC se vaticinó a este periódico: "habrá teatro".
De hecho, en la nota hecha pública a su término los republicanos insistían en su no a la investidura pero al mismo tiempo se declaraban dispuestos a cambiarla por una abstención si Sánchez accede a una "mesa de negociación". A eso se agarran en Ferraz y en La Moncloa para no dar por muerta la negociación y eso precisamente, que se hable de la unidad de España, es lo que preocupa a los críticos por más que el punto 9 del citado preacuerdo cierre la puerta al derecho de autodeterminación.
De momento, el debate interno está transcurriendo de forma propicia para los intereses de Sánchez. De los barones con mando en plaza, el más activo está siendo el castellano-manchego, García-Page:
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García #Page, rechaza que #independentistas condicionen el mandato y pide responsabilidad a #PP y #Cs para desbloquear #investidura. Señala que "hay temas que no necesariamente se tienen que mezclar". pic.twitter.com/6w7ECQJ6Ye
— esRadio Guadalajara (@guadalajarafm) November 15, 2019
Una de las cosas que más llama la atención de los críticos es la rapidez que se dio Pedro Sánchez para firmar el preacuerdo con Pablo Iglesias. Buena parte de ellos cree que en esa decisión tuvo que ver bastante el pronunciamiento tan rotundo del PP en la misma noche electoral del 10-N.
Su secretario general, Teodoro García Egea, salía a las 20.30, cuando todavía no había empezado el escrutinio, a señalar que si el presidente perdía un escaño, el PSOE tenía que "reflexionar" sobre un cambio de candidato si realmente está buscando el apoyo del PP. Es decir, que al líder socialista solo le quedaría la bala de ERC a poco que el PP presione al PSOE con otro candidato en una negociación in extremis para evitar las temidas terceras elecciones.
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