Primer aviso al plan del PSOE con la amnistía. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la medida de gracia a a los independentistas catalanes, entre ellos al expresidente catalán Carles Puigdemont, han hundido al PSOE a su resultado mínimo histórico en Galicia. La advertencia electoral complica la legislatura en caso de que Sánchez siga adelante con su objetivo de reconciliación en Cataluña y puede destapar la caja de voces críticas en Ferraz.
Los socialistas ya tienen experiencia empírica con urnas para calibrar el impacto electoral de la medida de gracia. Los comicios gallegos han sido los primeros tras la investidura de Sánchez. Y, vistos los resultados, estos no auguran nada bueno al PSOE: "Hoy [por este domingo] no obtuvimos los resultados esperados. Nuestro cometido fue hacer entender la necesidad de un cambio pero no lo hemos conseguido", se justificó el candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, quien no hizo referencia alguna a Sánchez.
Pedro Sánchez evitó pisar Ferraz este domingo electoral. El presidente no tenía previsión de aparecer por la sede federal del PSOE. Y es que los sondeos sobre el resultado de las elecciones, publicados poco después de las 20.00, ya auguraban la tragedia electoral para el PSdeG que, finalmente, se terminó consumando. Los socialistas pasan de 14 asientos en el Parlamento gallego a 9. Todo un fiasco que hunde al partido a su mínimo histórico en Galicia.
El PSOE no entró a valorar los vaticinios de los sondeos, porque consideraba que no estaban midiendo bien la movilización de última hora. Cabe reseñar que la participación, del 67,29% fue casi 19 puntos superior a la de 2020. El PP de Alfonso Rueda se hizo con 40 escaños. Los nacionalistas de Ana Pontón (BNG) son los que han rentabilizado la campaña y los últimos años de oposición y se dispararon 6 escaños, hasta los 25. La sorpresa la dio Democracia Ourensana, que entró con un acta y rompió el tripolio del Parlamento gallego.
Lo cierto es que los nacionalistas son quienes han rentabilizado los últimos quince días de campaña. En Ferraz, y en el cuartel de José Ramón Gómez Besteiro se asumió con resignación el tercer puesto. La candidata del cambio fue Pontón y en el PSOE no se molestaron por ello, conscientes de que su apuesta necesita rodaje en su tierra. Es más, los mensajes cocinados por el equipo de persuasión socialista no arañaron al BNG, como se vio en el debate electoral en RTVE entre ambos al que el presidente de la Xunta y candidato del PP, Alfonso Rueda decidió no acudir.
Los socialistas ya obtuvieron su peor resultado hace cuatro años (14 diputados). Y todo lo que no sea crecer era un gran fracaso achacable a la amnistía. Y eso es lo que ha ocurrido. El convencimiento del PSOE, antes de que se votara, era que en estas elecciones se iba a poner a prueba la opinión de los ciudadanos sobre la medida de gracia. Por eso, en Ferraz se descorchó champán cuando el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, planteó la posibilidad de indultar en algún momento a Carles Puigdemont. Pero todo parece indicar que el electorado no le compra la mercancía.
Ese fue, además, el motivo por el que Alfonso Rueda adelantó las elecciones. El cálculo de Génova era tener al PSOE frito con la medida de gracia. Pero en Ferraz descartan un voto castigo por la amnistía. Y creen que la derecha se ha movilizado "para no perder la mayoría absoluta". "Queremos lanzar nuestro reconocimiento al PSdeG. A pesar de que la izquierda crece y la derecha retrocede no ha sido suficiente para lograr el cambio. Cuando el PSOE lidera la alternativa a la derecha, el cambio está más cerca. Vamos a trabajar codo a codo con el PSdeG para dar a los gallegos una alternativa", dijo este domingo la portavoz de la ejecutiva federal, Esther Peña.
El problema para Ferraz es que las elecciones llegaron en un momento tenso en las relaciones entre el PSOE y Junts. La ley fue rechazada por el pleno del Congreso con el voto en contra de los de Carles Puigdemont, que están empeñados en borrar por completo el terrorismo como exclusión de la norma y también el delito de traición; los dos que rodean al expresidente catalán y a más de dos docenas de independentistas (CDR y Tsunami). El PSOE se niega, porque cree que la ley, tal y como pide Junts, no pasaría ni el filtro del Constitucional ni el del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Por eso, ya tiene al autor intelectual de la medida de gracia, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, buscando una alternativa.
Ahora, el PSOE y Junts trabajan en encontrar una solución intermedia. En Moncloa creen que se terminará llegando a un acuerdo en los próximos quince días en la comisión de Justicia del Congreso, donde volvió la ley, porque hay mucha presión en Cataluña para amnistiar a las decenas de personas pendientes de juicio. En cualquier caso, las negociaciones se pueden dilatar otros 15 días más a partir del próximo martes. Besteiro tiene intención de seguir a los mandos del partido, comandado por Valentín González Formoso. La dirección del partido no cree que haya movimientos internos dispuestos a moverle la silla.
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