Apenas han pasado 24 horas de la foto oficial del primer pacto de gobierno importante entre el PSOE y Podemos y los socialistas ya se han metido en otro de sus habituales charcos dialécticos. La entrada de José García Molina en el Gobierno manchego de Emiliano García-Page ha provocado una ristra de interpretaciones y declaraciones que, como ya es habitual, han atrapado al PSOE en un cruce de afirmaciones que son contradictorias entre sí.
La primera, y esperada, piedra la lanzó Pablo Echenique en el acto de posesión de sus nuevos altos cargos, cuando anheló que el entendimiento entre rojos y morados sea "extrapolable" en España "en un futuro próximo" ante "el daño que el PP está haciendo este país". A partir de ahí, se dejan ver los nervios en un PSOE que es tan plural en sus declaraciones que dice una cosa y la contraria.
Emiliano García-Page echa el freno de mano
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha declarado en una entrevista al diario El País, que "no comparto bajo ningún concepto es que el objetivo sea echar a Rajoy a cualquier precio y con pactos espurios". El presidente autonómico afirma que a Rajoy "hay que echarlo con la normalidad democrática de sacar más votos de los que tenga". El líder del PSOE manchego, uno de los socialistas más moderado, no quiere dar a entender que con el acuerdo local se abre la puerta a una entente cordiale entre ambos partidos para desalojar a Rajoy. Por dos razones, porque es posta sin pólvora ya que no dan los números y porque el PSOE tiene que jugar en ese equilibrio de girar a la izquierda y ocupar el ala moderada de Podemos sin ser fagocitada -como IU- por la voracidad de los de Pablo Iglesias.
En una línea similar, aunque algo más abierta, se ha manifestado el secretario de Organización de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos, que ha precisado este viernes -según recoge Efe- que un gobierno a nivel nacional con Podemos "no deja de ser una hipótesis de futuro" y ha negado que el acuerdo alcanzado en Castilla-La Mancha sea un primer paso para plantear una moción de censura contra Mariano Rajoy.
Óscar Puente se lanza a la piscina
La respuesta de Ábalos, que poco a poco se va convirtiendo en la voz y cara del 'nuevo' PSOE de Sánchez, ha sido porque precisamente el portavoz del partido, un cada vez más desdibujado Óscar Puente, había dicho antes en una entrevista a El Economista que “no es descartable un gobierno PSOE-Podemos en el futuro". Aunque el portavoz es consciente de que las cifras no dan ahora mismo, asegura que "no es descartable" y matiza que "igual que no lo son gobiernos de coalición con otras fuerzas políticas".
En cuanto al riesgo de ser absorbidos por el partido morado, Puente se siente seguro: "Podemos no va a fagocitar al PSOE. Con IU fue distinto, porque Alberto Garzón no ha tenido interés alguno en mantener vivo el proyecto de IU. Tenía mucha prisa por integrarse en Podemos y ha hecho una apuesta por diluir IU".
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