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El PSOE entra en depresión tras el nuevo desafío de Puigdemont: “Así no se puede seguir”

El intento del Gobierno de hacer como si no pasara nada choca con la alarma de muchos dirigentes y cuadros socialistas por el nuevo ridículo al que les obliga el socio parlamentario

Pedro Sánchez en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE
Pedro Sánchez en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE EUROPA PRESS / Jesús Hellín

La tranquilidad que intenta transmitir el Gobierno tras el ridículo televisado que protagonizó este jueves el país en su conjunto, con la venida a España y nueva fuga del ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, contrasta con la preocupación y el estado depresivo -“así no se puede seguir”- que presentan bastantes federaciones del PSOE.

Se valora “muy positivamente” la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, porque eso va a romper con doce años de hegemonía independentista y su corolario de referéndum ilegales, pero alarma que la legislatura del Gobierno de coalición dependa, ahora más que nunca, “de un fugado a quien los Mossos de Esquadra buscaban ayer en los maleteros de los coches por Barcelona” (sic), en palabras de un alcalde socialista.

La Moncloa, la Dirección Federal en Ferraz, y casi todos en el partido, daban por descontado que habría “show” del huido para restar protagonismo a Illa en su día grande y, sobre todo, para hacer pagar a ERC su “traición” al procés independentista dando su apoyo a los socialistas. Todo eso se daba por bueno, en el bien entendido de que acabaría a las puertas del Parlament con Puigdemont entregándose pacíficamente a los Mossos de Esquadra y estos, a su vez, llevándole ante el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena en Madrid, para que le pusiera en libertad una vez tomada declaración.

Lo ocurrido no solo complica el futuro procesal de Puigdemont, también el político del Gobierno de coalición porque, si ahora fuera detenido, “lo más probable es que Llarena decrete su ingreso en prisión provisional por riesgo de fuga más que acreditado”, en palabras de un barón socialista a Vozpopuli. Y Junts per Catalunya “no se quedaría quieto”

Lo ocurrido no solo complica el futuro procesal del ex presidente catalán, también el político del Gobierno de Pedro Sánchez porque, si ahora fuera detenido, “lo más probable es que Llarena decrete su ingreso en prisión provisional por riesgo de fuga más que acreditado”, en palabras de un barón socialista a Vozpopuli. Y Junts per Catalunya “no se quedaría quieto”, añade en alusión a que haría inviable el resto de legislatura.

Aún y todo, después del espectáculo del jueves en Barcelona, “¿Puede volver Santos Cerdán a entrevistarse en Ginebra, o donde sea, con quien ha ridiculizado de esta manera a los Mossos, a los jueces y a todos?”, se pregunta esa fuente con una mezcla de indignación y resignación. La mayoría de los consultados cree que el silencio del gabinete, sin que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, haya dicho todavía nada, es más que elocuente de que Sánchez va a intentar que escampe, políticamente hablando, y seguirá contando con Puigdemont para la mayoría parlamentaria.

Lo cierto es que la preocupación ya no se circunscribe a los tradicionales críticos Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, y Javier Lambán, líder del PSOE en Aragón; desde que hace dos semanas se conociera el acuerdo PSC/ERC para investir a Salvador Illa presidente de la Generalitat a cambio de de un concierto fiscal para que Cataluña recaude el cien por cien de todos sus impuestos y luego liquide con el Estado, como hacen el País Vasco y Navarra, son varios los que han alzado la voz.

Tras la investidura de Illa, Page ha señalado que siente “una profunda vergüenza y un profundo sonrojo porque la gobernabilidad de España dependa de alguien como Puigdemont. Espero que ya nadie le incluya cuando se hable de mayoría progresista”. Todo un torpedo dialéctico contra Pedro Sánchez que es compartido por alguno de los consultados

El presidente de Asturias, el sanchista Adrián Barbón, y los líderes socialistas en Madrid, Juan Lobato; Castilla y León, Luis Tudanca, y Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, han dicho sí a la investidura de Illa sí “pero no a cualquier precio”; no, desde luego, al precio de perjudicar a sus comunidades, que reciben dinero del régimen común de financiación al que sólo aportan las tres más ricas: Madrid (7.000 millones), Cataluña (2.000) y Baleares (340).

Tras la investidura de Illa Page ha señalado en la red social X que siente “una profunda vergüenza y un profundo sonrojo porque la gobernabilidad de España dependa de alguien como Puigdemont. Espero que ya nadie le incluya cuando se hable de mayoría progresista”. Todo un torpedo dialéctico contra Pedro Sánchez que es compartido en silencio por alguno de los cuadros y alcaldes consultados por Vozpopuli.

Barbón: “De locos”

A la locuacidad de Page, esta vez se ha sumado el asturiano Barbón para señalar que el “esperpento” protagonizado el jueves por el socio del Gobierno en Barcelona le parece una “cosa loca”. “Esto de que entro, voy y me escapo... Estamos todos sorprendidísimos... Aparece para que le aplaudan y luego desaparece porque tiene miedo que le detengan”, señaló el presidente asturiano.

Y todo ello ocurre cuando el Gobierno está intentando reactivar la negociación presupuestaria con Junts y con el resto de socios, que sufrió un fuerte varapalo en el último pleno antes de las vacaciones al tumbar los de Puigdemont el techo de gasto. El Ejecutivo va a volver a presentar en septiembre un de ley y aún confía en que lo apoyen pero ocurrido en la investidura de Illa ha llevado al Ejecutivo al desconcierto, admite una fuente gubernamental.

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