El PSOE está redoblando su presión para que el Gobierno ponga en marcha cuanto antes la reforma del sistema de financiación autonómica, que tiene a algunas comunidades autónomas socialistas encendidas, especialmente después de que esta semana el Congreso aprobara el Cupo vasco. Y ya está poniendo encima de la mesa por dónde cree que tienen que ir las soluciones: más ingresos a través de una reforma fiscal con la que proponen que el Estado recaude 12.500 millones de euros más en 2018.
Los socialistas creen que la única manera de garantizar la solidaridad entre regiones y su suficiencia financiera es "agrandar la tarta a repartir entre las comunidades autónomas". Así lo apuntó el pasado jueves el secretario general del partido, Pedro Sánchez, en una entrevista en TVE, en la que explicó que esto se tendrá que hacer con una reforma fiscal, que el partido tiene ya muy trabajada.
Esta reforma fue un compromiso de Sánchez en las elecciones del 26J, a las que se presentó prometiendo que si llegaba a La Moncloa la pondría en marcha en un plazo de seis meses. Entonces, proponía mantener la tarifa del IRPF para las rentas medidas y bajas e incrementar la de las rentas del capital, y establecer un mínimo común en los Impuestos de Sucesiones y Patrimonio.
Y el espíritu de la reforma que presentará con detalle en las próximas semanas es el mismo. Según fuentes de la dirección federal, su propuesta es avanzar hacia una "expansión presupuestaria limitada y gradual" y con la premisa de que la subida de impuestos no afecte a las rentas medias y trabajadoras, que "ya están suficientemente gravadas".
Objetivo: 2022
El PSOE se pone un horizonte temporal de cuatro años con el objetivo de llevar la presión fiscal al 41% en el año 2022, lo que implicaría recaudar 30.000 millones de euros más. Y para el próximo año, se fija una meta de 12.500 millones más, algo "perfectamente plausible", en opinión de los socialistas, si existe la "voluntad política" de la que ahora, lamentan, carece el PP, "obcecado" en no subirla del 38% con respecto al Producto Interior Bruto (PIB).
Para ello, apuestan por subir los impuestos a las rentas del capital y las rentas más altas, elevar la fiscalidad verde y luchar de manera más eficaz contra el fraude fiscal. Por el momento, no han avanzado el detalle de la propuesta, pero el pasado mes de septiembre, Sánchez ya avanzó que trabajan con la propuesta de aumentar el impuesto de sociedades a un mínimo del 15 por ciento para las grandes corporaciones. Entonces habló de incrementar la recaudación en 13.000 millones.
El PSOE defiende que las tensiones deficitarias en España, si se compara con el resto de países de la Unión Europea, no proceden por un exceso de gasto, sino por una insuficiencia de ingresos y, por eso, van a defender su propuesta, aunque saben que están "en confrontación directa" con el PP.
El PSOE va a insistir ahora en la reforma fiscal como salida para mejorar la financiación de las comunidades autónomas
Pero, además de como vía de solución de los problemas de déficit, el PSOE va a insistir ahora en la reforma fiscal como salida para mejorar la financiación de las comunidades autónomas. El nuevo modelo, que el Gobierno se comprometió a tener en 2017, debe resolver la infrafinanciación que denuncian autonomías como Andalucía y la Comunidad Valenciana, que se quejan de que con el actual sistema no pueden afrontar los gastos de las competencias que tienen asumidas para garantizar el Estado del bienestar.
El malestar en estas comunidades se ha acelerado esta semana con la aprobación del Cupo y el secretario general ha cogido la bandera de la reclamación a Rajoy para que presente el nuevo modelo cuanto antes. El pasado lunes, mientras crecían las voces que lamentaban que Ferraz no aumentara su presión a Moncloa cuando se iba a aprobar la mejora de las condiciones del pacto fiscal con el País Vasco, Sánchez puso un ultimátum al presidente y le pidió que haga una propuesta antes del 31 de diciembre.
El Gobierno ya ha dicho que es "imposible" que el nuevo sistema esté en marcha este año y, además, ha puesto todo el acento en una negociación con el PSOE, de la que Ferraz se quiere sacudir, defendiendo que con quien tiene que hablar es con las comunidades autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Es ahí donde aflorarán las diferencias entre las autonomías y con independencia de su color político: los socialistas son conscientes de que, como dijo esta semana la presidenta de la Junta andaluza, Susana Díaz, habrá "tirones" en los propios partidos.
Pero tanto en Moncloa como en el PP insisten en que es muy importante llegar antes a un "acuerdo político" con el PSOE. Es más, avisan de que antes de hablar de ninguna propuesta es preciso llegar a ese pacto para que existan la garantía de que, una vez aprobado en el CPFF, cuenta con los votos suficientes en el Congreso de los Diputados.
Pero el PSOE niega la mayor e insiste en que lo primero es conocer una propuesta de Hacienda. Y se comprometen a que, una vez se acuerde con las comunidades autónomas en el foro habitual, los socialistas lo refrendarán en la Cámara Baja.
Eso sí, también avisan al Gobierno de que no debe ligar el modelo de financiación autonómica a los Presupuestos Generales del Estado, como hizo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, esta semana. Aunque son conscientes de que las cuentas y la financiación están relacionadas, porque la suficiencia financiera necesita de mayores recursos, niegan que se pueda vincular un acuerdo al otro. No se bajan de su no a convertirse en el sostén del Gobierno de Rajoy.
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