La gran coalición, entendida como un gran pacto entre PSOE y PP para formar gobierno o apoyar la investidura de Sánchez, es hoy por hoy una posibilidad muy remota. Sin embargo, este miércoles se ha revelado por primera vez como una suma alternativa para que Sánchez logre sacar adelante a lo largo de la legislatura las medidas en las que no alcance un acuerdo con sus socios de Unidas Podemos.
El decreto del Consejo de Ministros contra la 'república digital catalana' ha sido convalidado en la Diputación Permanente del Congreso con los votos a favor de los socialistas, populares y Ciudadanos.
Los de Iglesias, probables socios de Sánchez en un Gobierno de coalición, se han abstenido tras plantear una serie de cambios para que el decreto cuente con mayores garantías. Es la primera brecha entre estas dos formaciones desde la firma del preacuerdo para alcanzar una coalición, que ya ha recibido el visto bueno de las bases del PSOE, Podemos e Izquierda Unida.
Este real decreto ley obligará a que todos los servidores de las administraciones públicas del Estado español estén localizados en la Unión Europea en lugar de en paraísos digitales. Sánchez, en el anuncio de la medida antes de las elecciones del 10-N, advirtió a los nacionalistas de que "ni habrá independencia offline ni online".
Los tres partidos que han lo apoyado suman un total de 219 escaños (diez menos si se restan los de Cs), una mayoría más que suficiente para aprobar las medidas que provoquen la 'ruptura' de la coalición a la hora de votar en la Cámara Baja.
Cataluña, foco de tensiones entre PSOE y UP
La diputada del PP Ana Vázquez Blanco ha señalado la anomalía que supone votar de forma conjunta con el PSOE en este momento. Ha calificado de "indignidad" que sea el PP quien "tenga que tragar" y apoyar al Gobierno en funciones mientras este busca un acuerdo con Podemos y los independentistas. Aun así, ha señalado que el apoyo se produce porque su partido está de acuerdo con el Ejecutivo en frenar esta posible amenaza de la Generalitat.
Son precisamente las diferencias respecto a la cuestión territorial, en especial el desafío soberanista catalán, las que más tensiones podrían generar entre el PSOE y Podemos.
Tras las elecciones del 28 de abril, el presidente del Gobierno en funciones expresó su preocupación porque las posiciones de Podemos sobre Cataluña diesen lugar a "dos gobiernos en uno".
Los socialistas, como ha reiterado este martes la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, no están dispuestos a negociar con el independentismo el "derecho de autodeterminación", una de las cosas que ERC pondría sobre la mesa si se forma una mesa de negociación tras la investidura.
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