El lío está servido. La deriva del caso judicial que afecta a Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, sigue inquietando en el PSOE. Algunos miembros del partido, preguntados por Vozpópuli, critican el doble rasero de la dirección respecto a su condición de militante. Gómez, imputada por supuestos delitos de corrupción y tráfico de influencias, podría ser sometida a un expediente. Su situación, no obstante, quedaría sujeta a interpretación de la comisión de ética, según las fuentes consultadas en el partido.
Pese a que hay quien defiende que al no desempeñar cargo público alguno a Begoña Gómez no se le debería abrir expediente sancionador, también hay quien critica que Ferraz no tenga autonomía para al menos abrir el debate. Una fuente conocedora de la maquinaria interna del del partido recuerda que el código ético no se le aplicó al ex secretario de organización José Luis Ábalos. El también exministro no está imputado en el caso Koldo, y aún así, el partido decidió expulsarle. Bien es cierto que él, en ese momento, ostentaba la condición de diputado. Es decir, de cargo público.
Pero la comparación más sonrojante viene con Patricia Úriz, la mujer del propio Koldo García, sobre quien recayó la misma expulsión de militancia pese a no desempeñar cargo público. Esta situación lleva a algunos a preguntarse si la mujer del presidente del Gobierno es, acaso, "intocable". "El comité de ética parece haberse convertido en el comité de ética de Pedro Sánchez", lamenta una fuente socialista.
El código ético de Ferraz establece que se procederá a la suspensión cautelar automática de la afiliación de las personas "incursas en un proceso penal respecto de los cuales se haya dictado auto de apertura de juicio oral por un delito relacionado con la corrupción, con la violencia de género o la libertad e indemnidad sexuales (acoso, abuso o violación) o contra la integridad moral, así como la sanción de expulsión del partido de aquellas personas que hayan sido condenadas por alguno de esos delitos".
Si bien a Begoña Gómez no se le ha abierto un juicio oral y tampoco hay certeza alguna de que se le termine abriendo, lo cierto es que las decisiones de la dirección del partido respecto a la pertenencia al PSOE parecen ser del todo arbitrarias. Máxime cuando el citado código ético deja claro que "se podrá también acordar la suspensión cautelar automática de la afiliación en los supuestos anteriores antes del auto de apertura juicio oral en los supuestos de detención o auto de transformación del procedimiento abreviado u otras resoluciones judiciales que consideren indiciariamente acreditados estos delitos o cuando iniciada una investigación penal concurran circunstancias especialmente graves respecto de los hechos imputados".
La investigación que rodea a la esposa del presidente Sánchez pone el foco en la adjudicación de dos contratos millonarios a la Unión Temporal de Empresas de Carlos Barrabés por parte de la Administración Pública. El grupo empresarial consiguió alzarse con una cuantiosa adjudicación pública después de que la propia Gómez firmase dos cartas de recomendación a favor de dicha candidatura.
Esta UTE quedó, en un primer momento, por debajo de su principal competidor; escenario que cambió tras barrer al resto de empresas por imponerse en el apartado de valoración subjetiva, que suponía el 40% del total. A fin de aclarar si la acción de Begoña Gómez influyó o no en la decisión final, el magistrado a cargo del caso ha citado a declarar como testigos al propio Barrabés, al abogado de Innova Next S.L.U y a cuatro excargos de Red.es, el ente público encargado de adjudicar los contratos.
Fuentes socialistas consultadas por este diario explican que la citación de la mujer de Sánchez, no obstante, no ha causado sorpresa alguna ni en Ferraz ni en Moncloa. "Se comentaba [en el partido], porque era una posibilidad", explica una fuente del PSOE con solera. Esta misma fuente, en cualquier caso, rebaja la gravedad de la situación: "Solo significa que va a declarar acompañada de un letrado".
Tampoco ayuda nada al desconcierto que reina en el PSOE el hecho de que trascendiera que, muy probablemente, Pedro Sánchez conociera la condición de imputada de su mujer desde dos días antes de redactar la primera carta que publicó, el pasado 24 de abril. Las incógnitas crecen y no se disipan. Y eso perturba a algunos diputados socialistas que observan, atónitos, la deriva del caso Begoña Gómez.
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