Era el paso previo a conseguir el gobierno autonómico. Y el PSOE navarro, pese a algunas vacilaciones, lo ha dado este miércoles. El líder de PNV navarro, Unai Hualde, es el nuevo presidente del Parlamento foral merced a un acuerdo in extremis entre los socialistas y Geroa Bai. En la ecuación también entran los necesarios votos de Bildu, que ha conseguido el puesto en la Mesa que ansiaba. Este pacto del PSOE con el nacionalismo vasquista es un ensayo de lo que tiene que ocurrir para que María Chivite se convierta en presidenta del Gobierno navarro.
Otra jornada con tintes surrealistas en la Cámara de Pamplona. Porque el día se iniciaba con una ruptura de las negociaciones entre PSOE y Geroa Bai (coalición que engloba al PNV). Como adelantó este diario, a priori los socialistas sí admitían entregar la presidencia a los nacionalistas, como paso previo a que estos les apoyen en la investidura de Chivite, pero no pasaban por el aro de permitir que Bildu lograse un asiento en la Mesa del Parlamento. Muchos nervios y una votación fallida.
El PSOE cambia
Después, un pacto de última hora en los pasillos. El PSN rectificaba su postura. Y, finalmente, Geroa Bai lograba colocar al presidente del PNV, Unai Hualde, como presidente del Parlamento, y Bildu conseguía su puesto en la Mesa gracias al PSOE, que optó por votar a su candidato para ese puesto en lugar de apoyar a cualquier otro. ¿Qué ganaban con esto los socialistas? Acercarse un poco más a su objetivo de gobernar la Comunidad. Todos contentos, menos los ganadores de las elecciones, Navarra Suma (UPN, PP y Cs).
Ante la atenta mirada de Inés Arrimadas, que viajó a Pamplona para la ocasión, los 20 parlamentarios del centro derecha se quedaban sin presidencia del Parlamento frente a los 30 que votaron conjuntamente al candidato peneuvista: 11 del PSN, 9 de Geroa Bai, 7 de Bildu, 2 de Podemos y uno de IU. En ese marcador se vislumbraba una mayoría que también puede repetirse para que Chivite sea investida como presidenta, si bien en ese caso bastará con la abstención de Bildu.
Único objetivo: gobernar
Pese a las presiones que llegaron desde Ferraz y pese a las fuertes críticas de la derecha a nivel nacional, el PSOE navarro sigue en sus trece: gobernar Navarra. Para ello, Chivite y los suyos han dado este miércoles este paso que negaban que iban a dar. Pretenden con ello limar asperezas con sus hipotéticos socios de Geroa Bai, enfurecidos por los pactos municipales, y, de paso, buscan allanar el camino para que Bildu les permita gobernar mediante una abstención.
El plan del PSOE navarro sigue, por tanto, su curso. La idea es hacerse con la presidencia del Gobierno mediante un cuatripartito (PSN, Geroa Bai, Podemos e IU) que suma 23 de los 50 parlamentarios. Así, aislarían a Navarra Suma (20) y dependerían de Bildu (7) en cada decisión de calado.
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