Costó 24 horas, pero finalmente los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y Podemos, Pablo Iglesias decidieron ayer sumar fuerzas y pedir la convocatoria urgente de la Diputación Permanente del Congreso para exigir explicaciones al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, después de su declaración como testigo en el 'caso Gürtel' ante la Audiencia Nacional. Es su primera gran decisión conjunta, pero para que les den los números tienen que contar con la colaboración de dos partidos en los que el PP sustenta su estabilidad parlamentaria.
Que Rajoy tenga o no que acudir al Congreso dependerá de lo que hagan Ciudadanos y el PNV y por el momento no han sido claros con sus intenciones. Los primeros han descartado apoyarla y los segundos, votar no; pero han dejado abierta la puerta a las abstenciones, que pueden ser claves.
De manera que la tan nombrada mayoría alternativa al PP, por la que los socialistas y el partido morado vienen apostando, se encuentra con su primer escollo. Las cuentas no les salen sólo con los nacionalistas catalanes, Compromís y Bildu, y necesitarán la complicidad de más diputados.
Y esperan conseguirla, porque, aunque por el momento no ha habido ningún contacto parlamentario, creen tener razones para convencer a unos u a otros. Desde Ferraz, se preguntan cómo puede justificar Ciudadanos un voto en contra cuando admite que hay "mochilas de corrupción" en el Gobierno y que Rajoy no es "creíble" en sus explicaciones.
Por lo pronto, lo que ha dicho el presidente del partido naranja, Albert Rivera, es que no lo va a apoyar, porque cree que sólo puede derivar en "un mitin" del presidente, cuando ya está solicitada su comparecencia en una comisión de investigación sobre la financiación del PP en la que no puede mentir.
Pero para los socialistas, es el momento de que este partido deje claro si apuesta por la regeneración o si sigue apoyando a Rajoy. Después de su acuerdo de investidura, Rivera sigue siendo un apoyo clave del PP, cuyos presupuestos acaba de aprobar.
Apoyando sus presupuestos, Ciudadanos y PNV se han convertido en un pilar de la estabilidad parlamentaria que busca Rajoy
Esas cuentas salieron adelante gracias al partido naranja y al PNV, que se convirtió así en un pilar de la estabilidad parlamentaria que a Rajoy le gustaría llevar hasta agotar la legislatura. Ahora, PSOE y Podemos quieren que se retrate en esta tema.
En realidad, un movimiento de uno de los dos podría hacer irrelevantes los votos del otro. Si Ciudadanos se abstiene, ya no importará lo que haga el PNV, porque habrá más votos a favor que en contra de esa comparecencia, que ya tiene seguros 32 'síes' en la Diputación Permanente. En ese caso, el PP se habría quedado sólo con UPN.
Pero si el partido de Rivera se instala en el 'no' se produciría un empate: sus diputados más los 'populares' y el de UPN serían otros 32. En ese caso, una abstención de los nacionalistas vascos haría decaer la solicitud y haría falta su voto favorable para que prosperara.
Por el momento, el presidente de Ciudadanos ha dicho que no va a apoyar esa solicitud, pero no ha descartado la abstención, y desde el PNV se asegura que no se opondrán a ella, pero sin desvelar si votarán a favor o se abstendrán.
Todo abierto por delante y, por lo que parece, sin prisas hasta que se produzca esa votación en la Diputación Permanente, el órgano que permanece activo en las Cortes en vacaciones, cuya reunión no se espera hasta la segunda mitad de agosto.
En el PSOE y en Podemos están satisfechos con este primer acuerdo, aunque Pablo Iglesias tuvo que esperar un día la respuesta de Pedro Sánchez
Pero en el PSOE y en Podemos están satisfechos con este primer acuerdo, aunque Pablo Iglesias tuvo que esperar un día la respuesta de Pedro Sánchez. Llegaron al acuerdo en una conversación telefónica después de que el líder de los socialistas rehusara inicialmente responder a su llamamiento.
Molestó en Ferraz que Podemos quisiera marcarle los tiempos, que en el PSOE pasaban por dedicar la jornada de la declaración de Rajoy a exigir su dimisión, como pidió Sánchez, solemne.
Para el partido morado, es un paso hacia esa mayoría alternativa que quiere que fructifique en una moción de censura, aunque, por el momento, el PSOE no quiere hablar de eso. Ahí tampoco dan los números y, en ese caso, los socialistas ven más difícil sumar a dos partidos que acaban de dar aire a la legislatura de Rajoy para un año más.
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