Política

El PSOE se queda sin su gran argumento contra Feijóo: El PP ya no “gobierna con la ultraderecha”

Aún así, en la sede socialista de Ferraz se frotan las manos porque piensan que el desgaste de gobernar sin mayoría acabará pasando también factura electoral a los populares

Santiago Abascal y Alberto Núez Feijóo, en una imagen de archivo Alberto Ortega | EP

El PSOE no da crédito, piensa que le ha tocado la lotería porque ha pasado en 72 horas de tener encima el foco mediático por los polémicos negocios de la esposa del presidente, Begoña Gómez, o de su hermano músico, a “celebrar” -esa fue la reacción de Pedro Sánchez en Washington, donde asiste al 75 Aniversario de la OTAN- cómo la crisis entre Vox y el PP dinamita seis gobiernos autonómicos con tan solo un año de vida. Y piensa sacar petróleo político de ello.

”Estos (Vox) no saben gobernar”, coincidían en la misma noche del jueves numerosos cargos socialistas con cargos del PP, atónitos porque el traslado a la Península de solo 347 de los 6.000 Menores no acompañados (MENAS) llegados en cayuco a las costas canarias haya derivado en semejante terremoto. “Saben manejar las emociones y la indignación de una parte del electorado de derecha, pero gobernar es otra cosa”, resume a Vozpópuli una fuente gubernamental.

En eso está fuente no difiere mucho del diagnóstico apresurado que formulaba a este periodista alguien muy cercano a Alberto Núñez Feijóo a medianoche, cuando Santiago Abascal todavía no había comparecido arropado por unos cariacontecidos vicepresidentes autonómicos de Vox para hacer efectiva la amenaza que había formulado tres días antes y anunciar la ruptura.

Lo que tienen claro en el PP -algunos dirigentes socialistas también- es que Pedro Sánchez ha perdido uno de sus grandes argumentos contra Feijóo: que “gobierna con la ultraderecha”; de hecho, ya se notó en su valoración desde Estados Unidos emplazando ahora al líder popular a explicar “si va a mantener” las políticas autonómicas que ha desplegado con Vox

“Las imágenes del jueves eran Begoña Gómez sentada en el banquillo judicial la semana anterior y el anuncio del regreso a España de la huida secretaría general de ERC, Marta Rovira, pero Abascal las ha tapado forzando a dimitir a los cargos en los gobiernos con el PP… qué suerte tiene Sánchez”, señalaba con resignación esa fuente popular. Y alguna fuente socialista asiente con regocijo: “Cuando el adversario se equivoca, mejor no distraerle”.

Lo que sí tienen claro en la sede nacional del PP -y no pocos dirigentes socialistas también- es que, a partir de ahora, Sánchez ya no podrá seguir usando el que ha sido uno de sus grandes argumentos contra Feijóo: “gobierna con la ultraderecha”; de hecho, ya se notó en la primera valoración desde Estados Unidos emplazando a su adversario en la carrera por La Moncloa a explicar “si va a mantener” las políticas autonómicas que ha desplegado con Vox durante el último año de legislaturas autonómicas.

PSOE: ”Quedan 140 ayuntamientos”

Aún así, en la sede socialista de Ferraz se frotan las manos porque creen que “quedan los pactos PP/Vox en 140 ayuntamientos” para atacar a Feijóo por ese flanco y, sobre todo, porque la Dirección Socialista está convencida de que la refriega en la derecha no ha hecho más que “empezar” y acabará desgastando a ambos partidos por igual, pese a que los barones populares ya han dicho que no piensan adelantar sus elecciones.

“La gente quiere estabilidad”, es la cantinela que repite el PSOE desde el jueves, a lo que el PP le emplaza ahora a “romper” con Junts y ERC la mayoría parlamentaria en el Congreso, porque también ambos partidos independentistas se han negado a que Cataluña participe en el reparto de 347 de los casi 6.000 MENAS llegados a Canarias.

Alfonso Fernández Mañueco ha recibido con “enorme alivio”, aseguran diversas fuentes del partido, no tanto la ruptura en sí como la marcha del que ha sido su vicepresidente, Juan García Gallardo, con quien ha tenido diversos encontronazos desde que alcanzaron un pacto tras las elecciones de 2022. “Era un continuo dolor de cabeza”

Tanto a la Dirección del PP, como a la del PSOE, incluso a la de los sindicatos -Unai Sordo (CCOO) bromeaba el martes con que “Vox no se va de los gobiernos aunque venga todo El Magreb a España”- les ha cogido esta ruptura estratégica con el pie cambiado. La idea generalizada era la de que Abascal iba “de farol” y ahora se van a afanar, el PP el primero, en que pague el “error estratégico”.

Por ejemplo, en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha recibido con “enorme alivio”, aseguran diversas fuentes del partido a este periódico, no tanto la ruptura en sí como la marcha del que ha sido su vicepresidente, Juan García Gallardo, con el que ha tenido diversos encontronazos desde que alcanzaron un pacto tras las elecciones de febrero de 2022 en esa comunidad.

“Era un continuo dolor de cabeza”, señalan estas fuentes populares, que ponen de relieve la sensación de “desintegración” que transmite Vox: uno de sus tres consejeros en el gobierno regional desoye a Abascal y se mantiene, así como el único consejero que tienen en el Gobierno de Extremadura presidido por María Guardiola, el titular de Gestión Forestal y mundo rural, Ignacio Higuero.

Tres años sin mayorías

Precisamente el hecho de que a la legislatura en Castilla y León le quede apenas año o año y medio -la disolución de las Cortes será, máximo, en diciembre de 2025- va a permitir a Mañueco “continuar como si nada, presentar presupuestos y si Vox los rechaza, prorrogar los actuales y convocar bien en la primavera próxima o en otoño”, señalan en la Dirección del PP.

Caso diferente es el de los presidentes de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón; Aragón, Jorge Azcón; Baleares, Marga Prohens; Murcia, Fernando López Miras; o el de la propia Guardiola en Extremadura, a quienes les quedan por delante tres años de complicada legislatura sin mayoría parlamentaria.

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