Eduardo Madina se estrenará esta legislatura en el Congreso con una interpelación al Gobierno sobre la recuperación del diálogo social con sindicatos y empresarios. Será este miércoles, después de que el diputado vasco haya guardado silencio desde abril de 2014 durante las sesiones de control al Ejecutivo. Su actividad parlamentaria durante el mandato de Pedro Sánchez al frente del PSOE fue poco intensa y aprovechó sus largos ratos de ocio para aprender inglés. Hace dos legislaturas, hizo cinco preguntas en pleno y una de ellas en comisión, todas ellas muy genéricas y relacionadas con los planes del Ministerio de Justicia, la ayuda oficial al desarrollo o la reforma de la ley del aborto. Su reaparición obedece, según fuentes socialistas, al intento de la gestora que dirige Javier Fernández de poner caras conocidas a una tarea de oposición que necesita ganar credibilidad a raudales.
Madina no ha intervenido en el pleno del Congreso desde abril de 2014
Madina está demostrando especial interés en dejar claro que ahora no tiene intención alguna de volver a competir por la secretaría general, consciente de que Susana Díaz le involucró en los planes para desalojar a Pedro Sánchez de ella y después le ofreció la posibilidad de ser en esta nueva etapa el portavoz parlamentario, en sustitución de Antonio Hernando. El diputado vasco rechazó el ofrecimiento, consciente de las grandes posibilidades que tienen de quedar orillados los principales protagonistas de un periodo de interinidad como el que atravesará el PSOE hasta la celebración en primavera de su próximo congreso.
Quienes acompañaron de cerca al diputado vasco en la batalla que libró contra Pedro Sánchez hace dos años y medio, recuerdan la profunda huella que dejaron en él “las malas artes” de la presidenta andaluza, que acabó alineándose con el primero en la creencia de que podría manejarlo a su antojo tras facilitarle su acceso a la secretaría general. En aquella pelea, Sánchez recabó el 49% de los votos de la militancia y Madina el 36%, en su mayor parte procedentes de Cataluña, Asturias y Extremadura.
Continuos ajustes de cuentas
Si bien Madina ha recompuesto algo las relaciones con la lideresa andaluza, ya no se fía de ella y ha preferido que sea Antonio Hernando, portavoz parlamentario en la etapa de Sánchez, quien asuma el desgaste de haber tragado primero con el ‘no es no’ a Mariano Rajoy para después defender la abstención en su investidura. La opinión de que Díaz quería utilizar a Madina como ariete para jugar con ventaja en el congreso federal está muy extendida en el Partido Socialista. Previamente, Díaz sondeó con algunas federaciones amigas la posibilidad de colocar a Madina como portavoz, pero además de su rechazo no vio unanimidad y enfrió la idea.
La relación de Madina y de la presidenta andaluza con Sánchez es inexistente desde mucho antes de que éste último perdiera el timón del PSOE. A la gresca de 2014 siguió el ajuste de cuentas conocido en las elecciones generales del 20 de diciembre cuando el diputado vasco fue incluido en el puesto número 7 de la lista por Madrid, maniobra que pagó quedándose fuera del Congreso. Seis meses después, el 26J, repitió en este mismo lugar pero en esta ocasión el ligero avance de los socialistas en la capital devolvió a Madina a la Carrera de San Jerónimo, gracias al retroceso de Ciudadanos y a que Podemos, en coalición con Izquierda Unida, se dejó dos escaños en esta circunscripción.
El diputado vasco ha preferido que sea Antonio Hernando quien asuma todas las contradicciones de haber trabajado para Pedro Sánchez
El rescate ahora de Madina y el reparto de responsabilidades en el grupo parlamentario se encuadran, en todo caso, en un contexto de provisionalidad ya que en el próximo congreso todos los cargos del partido, sin excepción, deberán poner sus responsabilidades a disposición de los nuevos órganos de dirección que se elijan en este cónclave.
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